«En la última década, hemos asistido a varias e importantes consecuencias del cambio climático. Estos fenómenos naturales, motivados por la contaminación, tiene graves efectos medioambientales y naturales, además de aumentar el riesgo para la salud humana. Frenar los efectos del cambio climático es una prioridad para el planeta y nuestro país no es una excepción. De hecho, somos uno de los países más vulnerables y afectados por las consecuencias del calentamiento global.
La industria de la moda es en la actualidad en la segunda más contaminante a nivel mundial. Y ante esta situación, el sector textil parece haber tomado conciencia. En estos últimos años han sido muchas las empresas de esta área, las que han decidido desarrollar acciones y propuestas por lograr la sostenibilidad en el grupo de la moda. Con ello, buscan concienciar tanto al resto de los fabricantes, diseñadores y resto de integrantes del sector como a los consumidores. De este modo, todos podemos contribuir a salvar lo más importante, nuestro planeta.
En línea con esta idea, el pasado 22 de marzo del 2022 se realizó en el Teatro Real una mesa redonda donde diferentes expertos conversaron sobre cómo abordar las situaciones que enfrenta la industria textil. También sobre cómo puede afectar en la demanda del consumidor y en la sostenibilidad económica.
Entre las reflexiones que pusieron sobre la mesa, se hizo énfasis a la importancia de que las empresas, inicialmente, conocieran su impacto contaminante y que tomaran en cuenta que el “fast fashion”, implica un uso inmensurable de recursos naturales.
Algunas empresas dentro del sector textil ya han comenzado a dar los primeros pasos en este sentido. Son cada vez más las fábricas las que tienen en cuenta la procedencia de las materias primas que utilizan para producir sus prendas. El compromiso con la sostenibilidad también implica contar con proveedores de proximidad. De este modo, se reduce también la contaminación derivada del transporte.
Desde Triángulo de la Moda siempre hemos apostado por un consumo sostenible. Apostamos por la idea de comprar menos, pero de mejor calidad. Es decir, creemos que es importante fomentar el consumo de artículos de una mayor calidad, que garanticen una larga vida de la prenda, aunque este tenga un precio más elevado. Y, por otro lado, no comprar artículos que tengan un precio mucho mejor y, por consiguiente, que solo puedan ser usados en una temporada por su calidad.
Es importante resaltar que la sostenibilidad no es un tema solo de las industrias de moda o sus productores, sino también de los consumidores. Las sociedades occidentales, como puede ser la nuestra, no es consciente de lo que realmente contamina el consumo de la llamada fast fashion. En cierta medida, el papel de las empresas también es el educar al consumidor sobre cómo realizar compra sostenible y evitar los hábitos de compra impulsivos.
Por ello, realizar una la transición de la industria textil a una industria sostenible no requiere solo un cambio en la manera de producir, también en la manera de consumir. De este modo, se debería empezar a producir prendas que realmente se vayan a comprar. Gema Gómez de Slow Fashion Next comentaba que “el 50% de las prendas compradas en Black Friday se devuelven”, consiguiendo con ello una situación de sobreproducción de artículos que realmente el consumidor no necesita.
Una de las contribuciones que puede tener un individuo ante el consumo sostenible es el de tener conocimiento sobre quiénes son realmente los fabricantes de las prendas que compran. Optar por producciones locales puede reducir la sobreproducción y, por lo tanto, disminuir las emisiones de agentes contaminantes a la atmosfera.
Además, escoger fabricantes nacionales o locales favorece la economía local. En el caso de nuestro país, contamos con grandes fábricas que producen prendas de una extraordinaria calidad. Apostar por estas empresas beneficia a nuestro país económicamente, además de impulsar a pequeños negocios que trabajan por competir con las grandes empresas de moda.
Sin duda, tenemos un largo camino por recorrer. Las empresas del sector, por nuestra parte, debemos priorizar la implementación de prácticas sostenibles en sus modelos de producción. Por otro lado, los consumidores deben entender que la adquisición de una nueva prenda debe estar alineado con las necesidades que realmente tiene. La sostenibilidad en el sector de la moda se logrará cuando las empresas del sector y sus consumidores entiendan que ser sostenible no es una moda, es una necesidad para el mundo y nuestra sociedad».
Montserrat Gallego,
Presidenta del Triángulo de la Moda.