Un 76,2% de las personas consumidoras de Cataluña está a favor de implantar horarios más racionales y saludables, a fin de contribuir a mejorar la calidad de vida de la población. Ésta una de las conclusiones principales que se extrae del Estudio sobre percepción de los consumidores catalanes frente a unos horarios y usos del tiempo de acuerdo con las propuestas del Plan Vivir Mejor de transición hacia la Reforma Horaria, un estudio pionero que ha presentado hoy el secretario de Empresa y Competitividad, Albert Castellanos i Maduell, junto con el director de la Agencia Catalana del Consumo, Francesc Sutrias i Grau, y la directora general de Cuidados, Organización del Tiempo y Equidad en los Trabajos, Núria Vergés i Bosch, con la presencia de la directora del Consorcio de Comercio, Artesanía y Moda de Cataluña, Agnès Russiñol i Amat.
Futura racionalización de los horarios del comercio
El estudio, impulsado por Consum y elaborado por el Instituto Opinómetro, se enmarca en la Mesa Cuadrangular de Comercio y Consumo para la Reforma Horaria, y tiene como objetivo principal captar y analizar el posicionamiento de la población catalana ante una futura racionalización de los horarios del comercio, la restauración, el sector cultural o el ocio nocturno, de acuerdo con el Plan Viure Millor que impulsa el Gobierno a través del Departamento de Igualdad y Feminismos. Además, también se analiza el impacto de las nuevas tecnologías o la afectación de la pandemia en los hábitos de consumo de la población.
En el marco de la presentación, el secretario Albert Castellanos ha destacado que «el debate sobre los usos del tiempo interpela a todo el mundo, porque implica decidir la sociedad que queremos ser», y que «el hecho de que un porcentaje tan alto de consumidores y consumidoras se muestren predispuestos a modificar sus usos del tiempo, es un dato positivo que debería empujarnos a la acción de cara a avanzar hacia horarios más saludables y racionales”. Castellanos también ha recordado que «nos encontramos ante un debate pluridisciplinar y complejo», y por tanto, «cualquier cambio debe ser progresivo, consensuado y haciendo partícipes a todos los actores implicados».
En este sentido, el director de la Agencia Catalana del Consumo ha remarcado que estudios como éste permiten «tener una mirada larga, captar los cambios sociales y anticiparse a éstos, para definir políticas públicas coherentes y actuar transversalmente».
La directora general de Cuidados, Organización del Tiempo y Equidad en los Trabajos, por su parte, ha anunciado que «a partir de ahora, todo el trabajo sobre la reforma horaria y los usos del tiempo incorporará de forma transversal la perspectiva de género , garantizando que se tienen en cuenta las necesidades y demandas de las mujeres”. Además, «se incorporarán todos los ejes que atraviesan las personas, como la situación de migración o racialización, desde un enfoque interseccional», ya que «las personas vivimos diferente el tiempo según nuestra situación específica, y esto se debe tener en cuenta cuando se diseñan políticas públicas», ha resaltado Vergés.
Conclusiones principales del estudio en relación con la Reforma Horaria
Del estudio se extrae que un 76,2% de la población catalana se muestra bastante sensible ya favor de que se den pasos para avanzar hacia una reforma horaria, basada concretamente en la implantación de horarios más racionales para las actividades cotidianas y de consumo y, por lo general, en una mejora de la calidad de vida de la población.
Los aspectos que más preocupan a los consumidores catalanes ante una futura reforma horaria tienen que ver con la dificultad de armonizar los horarios de los diversos sectores; la conciliación de horarios para las actividades laborales, las de consumo y las escolares y académicas; o la dificultad de modificar costumbres y hábitos muy arraigados en el país y que resultan poco adaptables a las formas de organización de otros países europeos, especialmente en lo que se refiere a la vida nocturna y el ocio.
Respecto a propuestas horarias concretas que tienen impacto en la vida cotidiana, el estudio indica que la población catalana está adaptada a los horarios actuales y, por eso, un 68,8% considera que ya hace unos horarios saludables, pero esta misma población entra en contradicción cuando analiza sus hábitos de consumo y laborales en relación a su salud y la de los demás.
Así, un 69% de la población catalana se muestra bastante o mucho a favor de recuperar las 2 horas de desfase de nuestro horario actual en relación con el horario solar; y la mayoría considera que sería mejor avanzar la hora del almuerzo a las 13 horas (un 73,7%) y cenar a las 20 horas (un 78,5%), horarios más cercanos a los estándares europeos.
En cuanto a los horarios laborales, un 73,8% considera que una jornada laboral de 8 a 17 horas fuera mejor que de 9 a 18 horas (43,3%). Asimismo, las personas consumidoras encuestadas consideran que existen varios sectores en los que los horarios de los trabajadores son poco saludables, entre los que destacan, en primer lugar, el comercio –tiendas, centros comerciales, etc.–, seguido de la restauración –bares y restaurantes– y el sector de la alimentación –mercados, panaderías, etc.–.
El estudio constata que a pesar de que la mayoría está a favor de una reforma horaria y que la pandemia ha demostrado que la sociedad puede adaptarse a cambios en la actividad cotidiana cuando es necesario, sólo un 51,8% estaría bastante o mucho a favor de fijar un hipotético horario comercial de 7 a 19.30 horas. Sin embargo, el 68% de las personas consumidoras reconocen que se adaptarían a este horario, respetando las peculiaridades que pueden darse dentro de algunos subsectores.
Por otro lado, un 42,9% de la población encuestada estaría a favor de un horario académico de 8 a 19 horas –incluyendo también actividades extraescolares–, y un 79,2% se muestra partidario de un horario de 8 a 17 horas para los Organismos Públicos.
Por lo que se refiere a las actividades de ocio, un 77,4% estaría bastante o muy a favor de un horario de 18 a 0:30 horas para las actividades de ocio cultural, y un 63,2% se muestra partidario de adoptar un horario de 18 a 2:30 horas para las actividades de ocio nocturno, aunque este porcentaje global no representa el parecer de los grupos de edad más joven que, en general, se oponen al encontrarlo demasiado restringido.