Aunque la fluidez de anteriores colecciones todavía está presente, cede protagonismo a los detalles arquitectónicos. Gran variedad de recursos- puntos de fuga, bandas al bies, efectos gráficos o asimetrías- se combinan evidenciando la dificultad técnica de los diseños.
La inspiración oriental, que desprende la colección, depura las líneas y ofrece simplicidad al mismo tiempo que aporta elaboradas estructuras y detalles.
Los tejidos, también clásicos, como gasas, organzas o brocados, son manipulados para crear sorprendentes efectos y audaces contrastes. De ese modo, bañeras de mikado plegadas en formas Origami conviven con
vaporosas faldas de organza.
En cuanto a las tonalidades, además de las frecuentes mezclas de blancos y cremas, estampados florales en lurex introducen oposiciones de brillo y mate en vestidos cortos o twin set inspirados en la danza.
En definitiva, una colección personal para novias que buscan un estilo sencillo y natural.