“Quiero que quede perfectamente clara la posición de Assocalzaturifici con respecto a la participación de empresas italianas de calzado en la feria de Moscú», informa el presidente de Assocalzaturifici, Siro Badon. «La asociación comercial cumple con las sanciones impuestas por la comunidad internacional contra el país que inició esta guerra, pero no puedo dejar de simpatizar con estas empresas, porque la tarea de nuestra asociación es apoyar a todas nuestras empresas, incluso aquellas que no pudieron retirar a tiempo sus solicitudes para participar en la feria debido a obligaciones contractuales contraídas antes del inicio de la guerra entre Rusia y Ucrania, y que representan más del 50 por ciento de las ventas de muchas de estas empresas”.
Con la claridad que le caracteriza, Badon, reconoce que «estamos hablando de cerrar la puerta a dos mercados muy importantes, justo después de una pandemia de estos dos últimos años».
Y apela a una cierta comprensión: «las empresas que hacen negocios en los países ahora involucrados en el conflicto bélico se encuentran en una situación muy difícil. Las empresas de calzado que trabajan con Rusia y, por supuesto, con Ucrania no están violando ninguna sanción europea. Han trabajado y continúan trabajando en cumplimiento del derecho internacional, enfrentando con valentía las consecuencias de un conflicto que ha tenido un impacto económico devastador en varios distritos industriales de Italia».
En esta línea, asegura que «Assocalzaturifici, al amparo de Confidustria Moda, trabaja con las instituciones para que nadie se quede atrás en este momento tan dramático de la historia» y avanza que «pedimos al Gobierno que apruebe una serie de de medidas imprescindibles para hacer frente a esta situación excepcionalmente crítica. Somos igualmente conscientes de la necesidad de impulsar mecanismos de crecimiento estructural de nuestras PYMES para apoyar el crecimiento internacional de las empresas, la diversificación de sus productos y, por tanto, su acercamiento a nuevos mercados en el exterior».
Al fin y al cabo, pone de manifiesto que. «tener pocos mercados de destino, o depender mucho de ciertos países de alto riesgo, no puede garantizar la estabilidad y el crecimiento, como estamos viendo no solo en nuestro caso sino también en el mercado energético. Cuando el mayor proveedor está fuera de escena y no tiene alternativa, corre el riesgo de una crisis. Por eso decimos que es hora de poner fin a la polémica e invitar a todos a imaginar lo que están pasando día a día nuestras empresas miembros. Han estado protegiendo sus relaciones comerciales con importantes clientes, como tantas otras empresas italianas que continúan trabajando en el país, simplemente porque no pueden parar, y esperan retomar sus relaciones comerciales lo antes posible. Ahora bien, esto es resiliencia, no un intento de eludir las sanciones, como algunas personas han estado insinuando en los últimos días. Y esto representa mi propia esperanza personal. Lo que estamos atravesando no es solo un momento de dificultad económica, sino una tragedia humanitaria. Ampliar o continuar el conflicto resultaría un daño económico aún mayor y más dramático no solo para la industria del calzado, sino para el país en su conjunto. El aumento de los costes de las materias primas y de la energía es evidente para todos, y sé que Confindustria sigue en contacto con el gobierno de Draghi, que son conscientes de lo que estamos pasando. Por eso insisto en que este no es el momento de alimentar la polémica en la industria, porque estamos ante unos retos muy importantes”.