Todos los que trabajamos en moda sabemos que gran parte del resto del mundo piensa que lo que hacemos es una tontería. Es una crítica aburrida, y todos argumentamos lo contrario, pero si lo piensas bien, la moda es una tontería a veces. También es provocativa, inquietante, desafiante y significativa. Es impresionante. Es hermosa. 

En los últimos años, sin embargo, parece que la moda ha hecho todo lo posible para demostrar que en realidad no es una tontería. La presión que sienten los diseñadores para hacer una declaración sobre la situación política actual, nuestro actual desastre climático, las desigualdades entre personas de diferentes razas y géneros, y una era de guerra, de hecho, ha dado lugar a un trabajo extraordinario, sin mencionar un nuevo compromiso de nuestra industria con la cultura más amplia. 

Pero también ha llevado a una auto seriedad a veces aburrida, una que pone en primer plano la moda con eslóganes. Es fácil ser serio con uno mismo. El camino más difícil es seguir siendo un miembro comprometido de la sociedad y, al mismo tiempo, en el trabajo de uno, atreverse a volver a una especie de inocencia creativa, al estado de asombro que todos sentimos cuando vimos nuestro primer desfile trascendente. 

Siempre hablo de intentar alcanzar ese estado de inocencia creativa, de luchar por estar cerca de esa persona que se enamoró de la moda y sus posibilidades, de no sucumbir al cinismo o al hastío del mundo. Espero que ese espíritu se refleje en esta colección: espero que las personas que la vean puedan darse cuenta de lo bien que lo pasamos el equipo y yo haciéndola. Espero que la alegría que sentimos al crear cosas, al hacer preciosos objetos que la gente siempre recordará, se note en cada abrigo, vestido y accesorio. 

Creo que a veces nos ponemos a la defensiva cuando nuestros críticos nos acusan de querer hacer cosas hermosas. Pero, ¿qué hay de malo en querer hacer cosas hermosas? No es la única parte importante de la vida, por supuesto, pero es parte de la vida. Y hacer cosas realmente hermosas no es realmente tan fácil. Pero es un privilegio, y estoy agradecido por ello todos los días. 

Daniel Roseberry

(Diseñador de moda estadounidense.

Actualmente, director creativo de la casa francesa de alta costura Schiaparelli)