Los artesanos que participan en el proceso de creación de los zapatos Santino tienen una alta cualificación, la que otorga una experiencia de más de 20 años en este taller de Fuensalida donde todos son una gran familia.
Y como todo avanza y cambia, los niños que hasta hace poco corrían por el taller entre muestrarios, tacones y hormas, con la llegada de la segunda generación al negocio, son ahora los encargados de introducir la tecnología en Santino sin perder la esencia de la marca.
De ahí surge el configurador 3D desarrollado por Santino para que los clientes diseñen sus zapatos de manera totalmente personalizada. Una herramienta que, a través de la shop de Santino o de sus puntos de venta, permite al cliente jugar con modelos, hormas y accesorios y realizar incontables combinaciones hasta encontrar la adecuada.
Ahora Santino llega a muchos más lugares, sus ventas se han visto incrementadas pero su forma de trabajar no ha variado. Sigue tratando cada par de zapatos de forma única y su servicio de atención al cliente atiende todas las dudas y sugerencias de los usuarios.
Se trata de una empresa única en la era de la globalización, que ha sabido encontrar el equilibrio entre tradición e innovación, artesanía y tecnología.