El Departamento de Igualdad y Feminismo ha iniciado una investigación contra una cadena multinacional de moda que opera en Cataluña y que sólo cuenta con las tallas más pequeñas (XS/S), en el marco del Plan de acción para combatir la presión estética, que ha aprobado ayer como Acuerdo de Gobierno y que también pone en marcha una Comisión Interdepartamental para su elaboración y seguimiento. La elaboración del Plan contará con la participación de entidades, personas expertas y de los mismos sectores implicados.
Combatir la presión estética
El Plan tiene como objetivo combatir la presión estética, a fin de dar una respuesta política a la violencia de los cánones estéticos que producen y perpetúan los estereotipos y las discriminaciones de género, raciales y capacitistas. Una presión estética que es una forma de violencia contra las mujeres que tiene por objetivo disciplinarlas: qué y cuánto deben comer, cómo deben vestir o cómo pueden evitar que el rostro o el cuerpo expresen su edad.
Además, las acciones de este Plan se encaminarán a erradicar esta violencia ya incrementar la conciencia social sobre el impacto de la presión estética en el bienestar físico y emocional a lo largo de todo el ciclo vital de las personas, especialmente el de las mujeres. En este sentido, es imperativo avanzar hacia una nueva normalidad feminista en la que las mujeres se encuentren a gusto con su cuerpo, porque no se pueden seguir aceptando como normales los ideales de belleza que impone el patriarcado.
Estas actuaciones contra una cadena multinacional se han iniciado a partir de la recepción de una denuncia a través del formulario on-line que el Departamento ha puesto a disposición de la ciudadanía, y que se encuentra disponible en la web del Departamento de Igualdad y Feminismo. La denuncia relata cómo la ropa de esta tienda para mujeres son prendas que sólo pueden ponerse mujeres con complexión de niñas, detallando que esta complexión como un cuerpo prepúber y premenstrual, aunque no es una tienda destinada a público femenino infantil. También se añade que la ropa que se ofrece no sería adecuada para niñas, porque incitaría a una sexualización del cuerpo (corsets, escotes, topes por debajo del pecho, pantalón corto a la altura de las nalgas).
Posible discriminación por apariencia física
Las acciones abiertas por Igualdad y Feminismo buscan determinar la posible discriminación por apariencia física en la que puede incurrir la empresa, ya que excluye a las personas que utilizan tallas medias o grandes. Los documentos que avalan esta investigación ofrecen indicios de que los hechos denunciados podrían contravenir el derecho a la igualdad de trato ya la no discriminación y atentar contra la dignidad de las personas y contra el libre desarrollo y la libre expresión, sin discriminación alguna, de la propia personalidad y de las capacidades personales, que garantiza la Ley 19/2020, de 30 de diciembre, de Igualdad de Trato y no Discriminación.
En concreto, podría contravenir la finalidad de la Ley de evitar cualquier forma de discriminación por motivo de aspecto físico, añadiendo que esta práctica de vender tallas exclusiva y excesivamente pequeñas podría suponer un riesgo de que se fomenten posibles trastornos graves de las conductas alimentarias en parte de la población infantil, adolescente y de mujeres jóvenes.
Avanzamos hacia una nueva normalidad sin presión estética
La presión estética que viven constantemente las mujeres debe dejar de ser normal, provocando una insatisfacción permanente con el cuerpo a lo largo de toda la vida. No es normal que las mujeres sean continuamente juzgadas por su apariencia física y que se impongan unos ideales de belleza sobre cuáles son los cuerpos aceptados y deseados. Tampoco puede ser normal que se haga sentir angustia a las mujeres si engordan o envejecen, o que dejen de hacer deporte o de ir a la playa porque les da vergüenza enseñar el cuerpo. Toda esta presión refuerza los estereotipos de género y afecta a la autoestima.
Según datos de la Asociación contra la Anorexia y la Bulimia de Cataluña del 2020, el 47% de las chicas de entre 12 y 16 años quieren adelgazar, y el 41% ha hecho alguna vez dieta por su cuenta y sin consejo profesional. Estas enfermedades, según datos del Departamento de Salud, afectan a alrededor de 28.000 adolescentes y jóvenes en Catalunya, aproximadamente el 5% de las chicas.
Responsabilidad de la televisión, cine, redes sociales o publicidad
El Gobierno denuncia que la presión estética se da en muchas situaciones cotidianas. Por ejemplo, es presión estética que los cuerpos que salen en televisión, cine, redes sociales o publicidad sean cuerpos leídos como ‘perfectos’, jóvenes y delgados, en algunos casos incluso por debajo de los niveles saludables, que crean un imaginario social en el que hay cuerpos fuera de norma. También es presión estética que en las tiendas de ropa a menudo no se encuentren tallas por encima de la 40 o la 42, una exclusión que impacta cotidianamente en la autoestima, especialmente en la de las mujeres más jóvenes.
Otras expresiones de la presión estética que reciben las mujeres son ‘la operación bikini’ permanente, que hace que muchísimas mujeres hagan dieta casi siempre, o el hecho de que se espere que aparentemos 20 años cuando tenemos 40, o que al hacerlo ne 60 tenga que parecer que estamos más cerca de los 40.
Por tanto, como todas las violencias machistas, la presión estética debe ser señalada para que deje de ser normalizada y hay que reconocer que impacta de manera diferente en función de la edad, de si se tiene alguna discapacidad, del color de la piel o de la expresión de género.
Por todos estos motivos, el Departamento de Igualdad y Feminismo desarrolla este Plan de acción para combatir la presión estética, con medidas de sensibilización y prevención, regulación normativa, sanción, acompañamiento y reparación del daño causado.
Un Plan con 4 ejes
Las medidas del Plan de acción para combatir la presión estética se estructuran en torno a cuatro ejes estratégicos, que son Publicidad, consumo y alimentación; Redes sociales; Cultura y medios de comunicación; y Ámbito social que incluye, entre otros, el mundo laboral y el del deporte.
Aparte de la investigación iniciada, se llevarán a cabo otras actuaciones en relación al control de tallas. A petición del Departamento de Igualdad y Feminismos, la Agència Catalana de Consum examinará cómo se está aplicando en la práctica la regulación europea de tallas en las tiendas de ropa.
Siempre que la ropa esté etiquetada con el distintivo EUR, debe cumplirse una clasificación de tallas basada en las dimensiones del cuerpo en centímetros, de modo que una talla M o una talla L etiquetadas con el distintivo EUR deben tener siempre la misma tamaño, sea cual sea la marca.
Otras acciones que se desarrollarán en el marco del Plan son:
- La inclusión de contenidos educativos sobre la presión estética y sus efectos en las escuelas y en los institutos, en el marco del programa Coeduca’t. Se ofrecerán herramientas a niños y adolescentes para amar y aceptar su cuerpo y para no juzgar a las personas en función de su apariencia física.
- El diseño de una campaña de sensibilización en las redes sociales, dirigida especialmente a la gente joven, respecto al uso de los filtros y retoques fotográficos en las redes sociales y en la publicidad.
- La adopción de acuerdos sectoriales con el mundo de la publicidad y de la moda, para que la representación de los cuerpos sea más diversa y se ajuste mucho mejor a la realidad.
Incorporación de la presión estética en la legislación
En el marco del plan, se impulsarán cambios normativos en la legislación propia, como la reforma de la Ley 17/2005 de igualdad efectiva de mujeres y hombres, para incluir expresamente la presión estética y fortalecer el marco sancionador de la ley.
También se modificará el Código de Consumo para que integre todos los ámbitos de discriminación establecidos por la Ley de igualdad de trato y no discriminación, como es el caso de la discriminación por lo físico.
Además, se incluirá el abordaje de la presión estética y las diversas formas de discriminación sexista en el Proyecto de Ley del audiovisual de Cataluña, fortaleciendo las competencias del Consejo del Audiovisual de Cataluña en estas materias.
En paralelo, se instará al Gobierno español a que, mediante el correspondiente cambio normativo, obligue a las personas que utilizan las redes sociales como negocio (influencers) a indicar si están utilizando algún filtro en sus fotografías o si las han editado, tal y como ya han hecho Noruega o Reino Unido.