El sector del comercio, junto al turismo, han sido los sectores más castigados por la crisis derivada de la Covid-19 y en el que el porcentaje de autónomos supera el 20%. Concretamente, el sector de las peluquerías y centros de estética suman 78.200 salones. En cuanto al perfil de los profesionales empleados, un total de 237.000 personas, la gran mayoría son mujeres (un 85%), y en gran parte, en régimen de autónomos, con un mayor riesgo de desempleo, como demostró la crisis de 2008.
En palabras de Val Díez, directora general de Stanpa ‘No podemos añadir más presión a los autónomos si queremos garantizar la sostenibilidad del tejido empresarial. Han demostrado una enorme capacidad de adaptación a un nuevo escenario de total incertidumbre, en el que la actividad económica se ha visto mermada, llevándose la peor parte. Un 35% de las peluquerías se encuentran en el límite de su supervivencia, esto es, alrededor de 17.000 establecimientos. En este contexto, es esencial evitar cierres y volver la senda de la recuperación’.
Un sector esencial para la sociedad y el sistema económico nacional
Tanto el sector de las peluquerías como el sector de los centros de estética son esenciales para la sociedad y el conjunto de la economía. El efecto de la alarma sanitaria ha hecho que la facturación, tanto de los salones de peluquería como de los centros de estética, haya caído entre un 22% y un 25%. Una situación que no se espera que mejore a corto o medio plazo, debido al descenso en el número de visitas, así como de una reducción del ticket medio. Puesto que la mayoría de los centros se trata de negocios de autoempleo, la rentabilidad de los mismos se encuentra al límite.
Los posibles cierres es una situación que preocupa al sector. Por ello, Stanpa se ha volcado desde el principio en la elaboración un protocolo de seguridad recogido en dos Guías de Recomendación, que proporcionan las máximas garantías higiénico-sanitarias con el objetivo de poner en valor la profesionalidad, la seguridad y el trabajo de todos los profesionales, manteniendo activos estos negocios que se reconocen esenciales para la sociedad.
En la misma línea, ha luchado para que la administración reconozca la grave situación de las peluquerías y facilite medidas como la bajada temporal del IVA, como una de las posibles soluciones para garantizar la viabilidad del sector. El mes de noviembre, la Asociación emprendió la campaña #PorSeguirCuidandoTuPiel con el objetivo de que la Generalitat de Catalunya permitiese abrir los centros de estética Profesional. Centros en los que hasta la fecha no consta la incidencia de contagios. Es, por tanto, un servicio enteramente seguro e imprescindible.
No hay que olvidar que tanto las peluquerías como los centros de estética son sectores ligados directamente a la socialización. Todos los servicios que prestan están relacionados con, además del cuidado de nuestra salud y la higiene personal, nuestra vida social, las reuniones con amigos o celebraciones. Eventos que se han visto negativamente afectados.
"Necesitamos alzar la voz y dejar claro que el sector de la estética, como las peluquerías, cumplen un servicio esencial porque cubre las necesidades básicas de higiene, salud y repercuten en el bienestar de la población, un aspecto especialmente clave en estos momentos tan complicados en los que es necesario elevar el ánimo y reforzar la identidad de las personas. Los centros de estética ayudan a que las personas se sientan más satisfechas con su propia imagen y las ayuda a mantenerse socialmente activas. Hoy más que nunca necesitamos que sigan su camino hacia la plena recuperación", sostienen fuentes de Stanpa.