El hombre Florentino avanza en una paseo sideral descubriendo nuevas fronteras de estilo que se sitúan en el filo de la vanguardia, retornando a su patrimonio histórico en búsqueda del gentleman contemporáneo. La realidad virtual se difumina invadiendo los estilos urbanos, hombres del espacio y superhéroes caminan en la misma acera, cruzándose con sobrios y pulcros hombres de negocios, creando comunidades cohesionadas que se intra relacionan. Una visión optimista que avanza hacia una nueva existencia con un enfoque intelectual y filosófico. El hombre, también vive un renacimiento con la naturaleza, es un nómada errante, intrépido aventurero, hombre de acción y riesgo. Una temporada de moda llena de contrastes y alternativas con margen para la diversidad, la fusión y la capacidad de crear tendencias propias.
El hombre se atreve a explorar con el color y los armoniza en una colorista escala otoñal. Los tonos neutrales son el azul, piedra y camel, los tonos medios, naranja, azul marino y chocolate destacan por su saturación y los tonos vivos se iluminan con amarillo, verde azulado y azul. La clave esta temporada no se centra en un solo tono sino en la armonización del color en combinaciones fuera de lo establecido. Se mezclan los colores, se mezclan los tejidos y las texturas. Tejidos nobles, lujosos, con hilaturas novedosas, creando tramas táctiles y suaves. El algodón y la lana, teñidos, lavados, mezclados, un lujo rústico de factura artesanal. Tejidos rigurosos compactos con acabados brillantes, metalizados o satinados, hilaturas innovadoras, y fibras de última generación.
Las tendencias apuntan a un cambio de silueta, alargada , estilizada, los cuellos se elevan, los accesorios y complementos elaboran y completan un estilo individual donde las tendencias se mezclan y parchean. El hombre se aleja de la moda segura y de conceptos caducos para adentrarse en una nueva era, donde lo experimental forma parte del presente y el futuro se dibuja esperanzador.