Definiendo la socialización y el entretenimiento tras un día en las pistas, el après-ski en cualquiera de sus formas es el momento más esperado del día, desde brindis con champán y alta cocina en las laderas de St. Moritz hasta cervezas artesanales alrededor de fogatas en Aspen. The Last Run pone nombre a la colección, siendo conocido como la última bajada en la nieve antes de la caída del sol. Un término que sirve de punto de inflexión en el día de esquí, pero también una llamada a la acción por el cambio climático.

La marca se centra en la artesanía, la autenticidad, la integridad del diseño, cuidada producción y materia prima. Basada en las constantes variaciones y consecuencias del cambio climático, Carlota Barrera aborda el desafío de la industria diseñando prendas con modelos de producción sostenibles, materiales y fibras recuperadas y productos con 2 y 3 vidas fabricados en pequeños talleres mayoritariamente familiares en España, Portugal y Reino Unido.