La situación de las empresas de marroquinería en Ubrique ya no se ve con tan malas perspectivas como hace un tiempo a causa de la tan manida crisis económica. Un buen ejemplo de ello es Carla Sade, y Manuel Gómez nos explica el porqué: “Están volviendo muchas empresas a trabajar en la localidad, o bien a través de fábricas que están radicadas aquí en Ubrique o en la zona. La cuestión es que estas firmas se están dando cuenta que fabricar en China no es rentable si no se trata de cantidades muy altas de producción. Además, las firmas saben positivamente que el trabajo en Ubrique significa calidad en la producción, en el diseño, y en el acabado”. 

Gómez es muy claro al indicar que “mientras continúe esta crisis, eso será bueno para las empresas de Ubrique y para la economía de la localidad, ya que quien quiere producir cantidades cortas, fabrica aquí antes que en otros sitios donde, a la larga, no obtiene tantos beneficios. Ubrique vuelve a estar en un buen momento”. 

Carla Sade está participando en unos programas de misiones comerciales inversas a través de la Cámara de Comercio de Cádiz, entre otras instituciones, pero de momento los resultados son todavía modestos: “por el momento, los grupos que han participado no eran quizás los más idóneos, ya que no era el perfil de empresario o de profesional que más útil podría resultar para nosotros a la hora de intercambiar experiencias o métodos de trabajo. Esperemos que eso se mejore de cara al futuro”.

De cara a la próxima colección otoño-invierno, Carla Sade está preparando líneas muy naturales, y con preponderancia de colores metalizados como principal novedad, según indica Manuel Gómez. 

Asimismo, resalta que la presencia de la firma en la edición de Intergift del pasado mes de febrero “ha sido mejor de lo que cabría esperar en este contexto económico. La crisis se nota, y en especial desde la óptica del pequeño comercio, pero tampoco hemos vuelto muy a disgusto por cómo nos han ido las cosas”. Y es que Ubrique, poco a poco, levanta cabeza.