La Asociación para Defensa de la Marca (ANDEMA) califica de “preocupantes” los datos publicados ayer por la Oficina de Propiedad Intelectual de la Unión Europea (EUIPO) con motivo del Día Mundial Antifalsificación, y hace un llamamiento a crear acciones de sensibilización e información dirigidas a los nuevos consumidores
Los jóvenes españoles, los que más falsificaciones consumen, por encima de la media europea
La edición de este año del estudio de la EUIPO destaca que cerca de la mitad de los españoles de entre 15 y 24 años ha comprado de forma deliberada una falsificación en el último año, situándose nuestro país por encima de la media europea (37%). Se trata del porcentaje más alto registrado por la EUIPO desde que la oficina comenzó a realizar este “Barómetro de la Propiedad Intelectual entre los Jóvenes” en 2016, año en el que se situaba en un 20% la cantidad de españoles en esta franja de edad que aseguraban haber adquirido un producto falsificado a propósito.
Aumento de las falsificaciones a través del comercio online
Este notable incremento se debe, fundamentalmente, al aumento exponencial del comercio online, utilizado habitualmente por estas nuevas generaciones de consumidores digitales, y al contexto postpanemia en el que se ha elaborado esta edición del estudio. No obstante, el aumento es preocupante y para Gerard Guiu, director general de ANDEMA “son datos que dan una idea de la situación a la que nos enfrentamos en el entorno online. Necesitamos que los nuevos consumidores comiencen a ser consciente de los peligros que suponen las falsificaciones para la economía, la sociedad y también los perjuicios que provocan en el consumidor. El respeto a la propiedad industrial e intelectual, a la innovación, a las creaciones, es un seguro para una sociedad con futuro, proactiva y creadora de riqueza.”
La ropa, el calzado, los dispositivos electrónicos y los productos de higiene, entre los productos más falsificados
Según el informe de la EUIPO, la ropa, el calzado, los dispositivos electrónicos y los productos de higiene (perfumes, cosméticos y de cuidado personal) son los productos de los que más consumen falsificaciones nuestros jóvenes y el precio es el principal factor que se tienen en cuenta a la hora de adquirir falsificaciones, aunque la influencia del entorno cercano y la sociedad también juega un papel cada vez más importante.
Según ANDEMA, son productos que se adquieren por motivos aspiracionales y los resultados de esta edición del informe vienen a confirmar las conclusiones del estudio sobre el perfil del consumidor de falsificaciones que publicaron hace unos meses la asociación y la Oficina Española de Patentes y Marcas, y que destacaba que el comprador de falsificaciones es menor de 35 años, con sentimientos de orgullo narcisista ante la compra de estos productos y fácilmente influenciado por su entorno.
“El bombardeo al que se ven sometidos a través de las redes sociales -y no entramos en el nuevo mundo del metaverso- y la disponibilidad de productos falsificados a golpe de click, unido a un incremento sin precedentes del consumo online, hace que sea urgente poner en marcha acciones de sensibilización a todos los niveles y desde todos los ángulos dirigidas a este sector de la sociedad, e incluso al público infantil, que son los futuros consumidores. Hay que crear proyectos que nos ayuden a comunicarnos con ellos en su idioma y a través de los canales adecuados”, destaca el director general de ANDEMA.
Los datos en Europa
España no es el único país en el que el consumo de falsificaciones de forma deliberada ha aumentado en el último año. De acuerdo con esta edición del estudio de la EUIPO, el 37% de los europeos de entre 15 y 24 años afirma haber adquirido a propósito al menos un producto falsificado en el último año, respecto al 14% de 2019. En Grecia, con un 62% encontramos la cifra más alta, y en República Checa, con un 24%, la más baja. No obstante, también existe la compra no intencionada (37%) y los encuestados europeos señalan que es difícil para ellos distinguir un producto auténtico de uno falso.
En cuanto a los productos falsificados que más se consumen en Europa son los mismos que en España, aunque descienden ligeramente los porcentajes: ropa y accesorios (17 %), calzado (14 %), los dispositivos electrónicos (13 %) y los productos de higiene, cosméticos, cuidado personal y perfumería (12 %). Para los jóvenes europeos las ciberamenazas, el fraude cibernético y el impacto medioambiental figuran entre los principales elementos disuasorios.