Gris, naranja, verde aceituna, lila o amarillo: ningún momento se define mediante un solo color, siempre son varios. No solo el cine, las obras de los artistas contemporáneos y la moda sino también los avances políticos y sociales contribuyen a determinar qué concebimos como actual en términos de colores. Por otra parte, los supuestos «colores del año» nos inspiran e influyen en el desarrollo de nuevos productos, quedando plasmados en forma de sofás, sillas, prendas de vestir, automóviles, robots de cocina…
O en las esferas de los relojes. Si bien es cierto que los clásicos relojes mecánicos de NOMOS Glashütte son blancos y honran de este modo los 175 años de tradición de la famosa localidad relojera de Glashütte, también es verdad que desde hace tiempo se han sumado modelos diversos, precisamente por su colorido. Porque el color simboliza la alegría y la felicidad, también en la muñeca. Los relojes de color resaltan la individualidad de quienes los llevan, complementan el vestuario, son gratamente diferentes, o simplemente permiten deleitarse con el color favorito hora tras hora y minuto a minuto.
En resumen: las esferas blancas son siempre bellas en los relojes mecánicos y nunca dejarán de serlo. Pero tampoco faltan buenas razones para decidirse por el color.