La colección Otoño-Invierno 2023-2024 de Andrea Incontri es una síntesis del heritage industrial de Benetton. Un relato que parte de la repetición en serie de los productos y la adopta como herramienta de estudio y réplica de los reflejos comunes entre distintas generaciones. El resultado es un flujo continuo de prendas y accesorios que, atravesando un set totalmente espejado y su tótem central – un ascensor –, lo transforma en un multiplicador de identidad. Un medio capaz de atravesar el tiempo, el espacio y las edades individuales para amplificar obsesivamente cada faceta.
Así nace una reiteración sin fin que resume la moda Benetton a sus arquetipos, gracias al análisis detallado de dos variables – la vestibilidad y la materia – a las que se añade la observación de lo que la gente lleva realmente. La fórmula crea prendas y accesorios cuyo rigor cotidiano está exento de cualquier hipérbole estilística que no sea la del color – lo que da lugar a una tensión entre la pureza de las formas y la riqueza de las decoraciones.
La nueva colección de Incontri tiene su inicio en la confección – chaquetas, pantalones, abrigos de colores lisos, así como de pata de gallo o tweed – y su final en el workwear, y en particular en monos, faldas teñidas y chaquetas con costuras a contraste.
A continuación, la investigación de materiales ve como la ecopiel pasa de los accesorios a la ropa – como en la chaqueta biker con efecto vinilo – y la introducción del borreguillo ecológico para prendas y accesorios peluche. Esto define un proyecto que amplía el core de Benetton: el knitwear, fabricado de forma excelente en diferentes modos – punto jersey, trenzado, punto musgo, jacquard, hasta el maxi-crochet para un nuevo concepto de traje falda-top-cárdigan completado por los auriculares a juego.
Color y estampados contrasten con los cortes limpios y precisos, en una variación constante que tiene su principio en el blanco y negro – plenitud y anulación- y su final en el gris y en el plata efecto espejo. Los colores neutros como extremos de un espacio sin fin en el que vive la policromía de Benetton, representada en la colección por siete tonos saturados: azul ultramarino, amarillo prímula, verde esmeralda, rosa vivo, rojo palisandro, glicina y naranja llama.
La metamorfosis del color anima la evolución del desfile, en un ritmo marcado por símbolos, geometrías y motivos cuya repetición en serie se convierte en una réplica de los ciclos de la naturaleza y de la producción industrial. La naturaleza orgánica y espontánea está representada por los principales temas figurativos del desfile: el conejo, la flor y la seta, transformados en estilizados diseños para incluir jacquard, estampados o patrones animados por el contraste de colores complementarios. Luego estos juegan a asociarse en rayas horizontales que tienden al infinito y círculos perfectos que creanfantasías ópticas psicodélicas, cada vez más pequeñas, repetidas hasta tomar forma en una esfera asociada a bocas y manos, en una tridimensionalidad suspendida como en un fotograma.
Los accesorios brillantes o con efecto espejo completan el desfile junto con bolsos coloridos o fantasía, o zapatos con plataforma, Mary Janes, mocasines y botas combat en vinilo o ecopiel – o peluche – con cinturones, bolsos y zapatos de pelo. La bisutería esmaltada reproduce los temas de los estampados, añadiendo pequeños detalles brillantes.
El desfile ha tenido lugar el 25 de febrero en el Museo della Permanente, durante la Semana de la Moda de Milán.