Este nuevo vestuario juega con los efectos de transparencia y fluidez sobre siluetas solares, siempre apegadas al saber hacer de los artesanos indios. Los delicados bordados y el ganchillo armonizan con los vibrantes bloques de colores de los 80 y hacen un guiño a los estampados y al “tie-dye”.
Las chaquetas acolchadas pequeñas y los chalecos de múltiples proporciones son imprescindibles. El punto de ganchillo se revisa: pantalones fluidos, tops para llevar por debajo/por encima, vestidos recortados que realzan la silueta.
El algodón, ya sea en voile, gasa o crepé, en vestidos y blusas de estilo bohemio, acentúan la verdadera esencia de la marca.
Jugando con las minis y las maxis, tanto en términos de volumen como de estampado, los tops y los “bodies” enfatizan un nuevo busto y se combinan con faldas largas o pantalones de popelín de algodón. La prenda de punto es ligera y cae como un poncho sobre los hombros.
El gusto por los viajes y los valores éticos no han abandonado a su creadora Gabriella Cortese, que presenta piezas con acertadas inspiraciones étnicas, veraniegas y de cortes refinados.
Una acertada alianza entre la elegancia de la mujer parisina que se escapa a pasear por el campo, para un largo fin de semana en Grecia o a Hawai para reunirse con sus amigos surfistas.
La llamada a viajar nunca ha sido tan divertida.