El responsable del Sector Textil, Calzado y Confección de UGT FICA, Javier Usón, ha participado la semana pasada en varias reuniones del Comité Europeo de Diálogo Social del Sector Textil y de la Confección para conocer la situación del sector a nivel europeo e intercambiar información sobre materias como el impacto de los aranceles en el sector textil, las negociaciones comerciales que se mantienen con distintos países asiáticos o el impacto de la transición justa y verde en el trabajo de las mujeres, entre otras materias.

Previamente a la reunión celebrada con la parte empresarial y con representantes de la Comisión Europea en el ámbito del Comité de Diálogo Social, los sindicatos europeos del sector mantuvieron una reunión con los responsables de la internacional sindical IndustriALL Europa, al objeto de conocer la situación del sector textil en cada uno de los países europeos.

Por parte de UGT FICA se informó de la reciente publicación del Convenio Colectivo Sectorial de la Industria Textil y se facilitó información sobre las mejoras conseguidas en este nuevo convenio ya que los compañeros europeos estaban interesados en conocer el contenido de la negociación, así como la información relacionada con el trabajo desarrollado por UGT FICA a través de los Acuerdos Marco Internacionales, facilitando también una visión más global del sector textil y su cadena de valor, fundamentalmente en los países asiáticos.

Posteriormente, se desarrolló la reunión del plenario del Comité Europeo de Diálogo Social del Sector Textil y de la Confección en la que se abordaron, temas como el funcionamiento del sistema de fronteras y de aranceles que se aplican a productos textiles de importación; las negociaciones en materia comercial con India, Indonesia, Tailandia, países que cuentan con una gran implantación de empresas europeas; y el impacto de la transición justa y verde en el trabajo que desarrollan las mujeres del sector.

En la reunión, UGT FICA se interesó sobre la existencia o no de una herramienta para verificar que los productos importados de la India no se realizan con trabajo infantil ni forzoso, como ocurre en el Sumangali con el textil o en Aggra con el calzado, a lo que desde la Comisión Europea no se ofreció una respuesta convincente, insistiendo en que aún no habían bajado a analizar «ese detalle».

A este respecto, los sindicatos afearon el escaso interés de la CE por conocer las condiciones laborales de las personas trabajadoras de los países de los que provienen los productos importados por Europa, y que se anteponga el precio de los productos a la calidad de las condiciones de trabajo o al mantenimiento de nuestras plantillas, dado que las empresa europeas no pueden competir con las asiáticas en base al precio de sus productos cuando los salarios en la India rondan los 95 euros mensuales. Frente a las evasivas de los representantes de la CE, los sindicatos exigieron medidas que no prioricen tan solo el precio de los productos importados, sino que tengan en cuenta, además, tanto el impacto sobre el empleo europeo como las condiciones laborales de los países exportadores asiáticos.