Ante el anuncio por parte de patronal, sindicatos y Gobierno de un acuerdo para una gran reforma estructural del mercado de trabajo, la Unión de Asociaciones de Trabajadores Autónomos y Emprendedores (UATAE) no ha tardado en pronunciarse reconociéndolo como “una magnífica noticia”, en palabras de su secretaria general María José Landaburu, “que sienta las bases de un modelo de mayor calidad y protección en el empleo, y que lo hace desde el valor del consenso”.

Los autónomos siguen siendo una asignatura pendiente

Landaburu ha querido destacar especialmente “la carrera de fondo de los sindicatos durante años” para revertir la regresión en materia laboral de los gobiernos de Mariano Rajoy, así como “la capacidad negociadora del Ministerio de Trabajo”. Ahora, apunta la Unión de Autónomos, esperan en que ese “impulso modernizador” llegue también al trabajo autónomo: “somos más de 3,3 millones de trabajadoras y trabajadores por cuenta propia en España que no podemos seguir en los márgenes del Derecho del Trabajo y el Estado del Bienestar”.

Entre los elementos centrales, el nuevo texto recupera la prevalencia del convenio sectorial sobre el de empresa en asuntos clave como los salarios y las jornadas, pone fin al límite de un año de la ultraatividad de los convenios colectivos, y fija el convenio de aplicación a los trabajadores de una subcontrata será el del sector de la actividad que desempeñan.

Además, para atajar el problema de la temporalidad, establece la presunción del contrato indefinido y limita tanto la modalidad como la extensión de los contratos temporales. María José Landaburu valora que todos estos asuntos son “imprescindibles para asegurar un presente y futuro dignos” y están en sintonía con “el modelo de trabajo estable y con derechos por el que apuestan los autónomos que son pequeños empleadores para sus trabajadores y trabajadoras”.

Objetivo: extender el concepto garantista y protector de los derechos laborales a los autónomos

Landaburu insiste en que “este acuerdo marca un punto de inflexión hacia una concepción más garantista y protectora de los derechos laborales, y el siguiente paso debe ser extenderla hacia los trabajadores y trabajadoras autónomas, que se encuentran aún desprotegidos en sus derechos más básicos, en materia de representatividad, huelga, negociación colectiva o protección social”. Por eso, “tendemos nuestra mano para seguir ensanchando el Estado del Bienestar”, concluye.