No en vano, para estas firmas sus boutiques representan un verdadero escaparate de lo que quieren representar y transmitir.
Por ello es muy importante definir bien el verdadero concepto del establecimiento: tienda permanente, pop-up temporal, santuario dedicado a la marca…
En todo caso, atrás queda el objetivo de un simple establecimiento comercial. Hoy, las marcas buscan convertir a sus clientes en fans, a los que inspirar y motivar. Y para conseguir este objetivo el diseño de los establecimientos representa una verdadera puesta en escena de la comunicación, los valores de la marca que se pretenden fijar en la mente de los consumidores.
Ante esta situación, los pequeños minoristas y tiendas independientes deben luchar una dura batalla para mantener y hacerse con nuevos clientes. Este libro les dará algunas pautas de los que hacen las grandes firmas, para personalizar y adaptar algunas de sus estrategias a sus locales y establecimientos.
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