El corte atemporal de sus vestidos largos nunca pasará de moda. Lleva bonitas camisas básicas, con rayas o estampados, y bufandas que podrían haberle sido transmitidas por su abuela. Sin embargo, la propiedad se detiene en el dobladillo, donde en los pies la mujer Sandro prefiere un par de botas sólidas a mocasines de cuero elegantes.
Con estos elementos esenciales, esta mujer urbana jugará con los accesorios y los contrastes para hacer suyo su look. Llevará piezas a medida con detalles hechos a mano o traídos de sus viajes. La mujer Sandro se ve a sí misma como Jimi Hendrix o Mick Jagger, viajando por el mundo y huyendo de los convencionalismos. Juega con los estampados florales y los detalles de ganchillo propios de los años setenta. Con sus tejidos de jacquard en tonos pastel, introduce un poco de paz y amor y otros símbolos de su espíritu libre. Lleva un mosaico de broches, recogidos aquí y allá, en su chaqueta, como amuletos que nunca se separan de ella. A esta mujer urbana siempre le gusta jugar con los códigos masculinos, probando un abrigo cuadrado o unos vaqueros desgastados. Más que nunca, agita su vestuario burgués con recuerdos de sus viajes.