La curadora española Miren Arzalluz (Bilbao, 1978) recibió este pasado martes 6 de febrero el premio Felicidad Duce que entrega LCI Barcelona. La escuela de diseño y artes visuales ha galardonado a la directora del Museo de Moda de París por su aportación al sector y su importancia a nivel internacional, pero especialmente por una trayectoria que se considera “coherente, rigurosa y brillante”.
La galardonada por la escuela catalana destacó que “los estudios de moda son una disciplina todavía emergente, aunque se ha recorrido mucho camino en poco tiempo”, y celebró que esta evolución “inspira para seguir pudiendo abrir camino y reflexionando”. Además, reconoció a Felicidad Duce como un “ejemplo de una mujer extraordinaria, emprendedora, creativa” que demostró “muchas veces” sus cualidades para “construirse su propio camino”.
Charo Mora, especialista en cultura de moda y una de las integrantes del jurado, explicó durante la presentación de la protagonista que su elección fue “unánime el día de la deliberación” con elogios como “rigor, profesionalidad o inspiración” de una “referente” como Miren.
Arzalluz es directora desde 2017 del Palais Galiera, el Museo de la Moda de París que se considera una referencia a nivel mundial. También ha sido responsable de colección y exposiciones en la Fundación Cristóbal Balenciaga durante siete años, profesora asociada del Gruope EAC, comisaria e investigadora independiente, directora del Instituto Vasco Etxepare y autora de libros, tesis e investigaciones que han permitido conocer más de cerca a figuras emblemáticas como el propio Balenciaga o Chanel.
“No pensaba leer nada, pero estoy más emocionada de lo que creía”, adelantó la hija del expresidente del PNV Xabier Arzalluz tras recibir el reconocimiento. “Mi relación con la moda no fue natural, no es algo que he vivido de la infancia y he mamado en mi entorno. Mi entorno era un entorno rico en lo que se refiere a las humanidades, el arte, la política… Pero la moda era algo que se vivía de manera transversal, no estaba en el centro de mi vida”, explicó sobre sus inicios.
La directora del Palais Galiera se definió como “una historiadora apasionada” que llegó al “descubrimiento de la moda desde esa perspectiva intelectual”. “El reconocimiento de la moda como hasta qué punto a través de ella podemos desentrañar y comprender cómo nos construimos, nos expresamos y quiénes somos. Pero también hasta qué punto a través de la moda entendemos la historia de esta sociedad desde toda su complejidad económica, tecnológica, cultural, artística, política…”, reconoció sobre sus primeros contactos con el sector.
Arzalluz, que en su última tesis aborda parte de la historia de Cristóbal Balenciaga, reconoce que lo “primero” que hizo al dedicarse a la moda fue “intentar comprender lo que era incomprensible”, que “alguien cómo Cristóbal Balenciaga aparece en su mediana edad en París y se hace un hueco en la meca internacional de la moda”.
Sin embargo, no fue lo único que la ha servido de impulso. “El fenómeno de la moda en la costa vasca es un fenómeno turístico, un clima de lujo con sus dos grandes focos en Biarritz y San Sebastián”, reconoció sobre su vinculación con la moda del País Vasco que la vio crecer.
Pese a todo, para Arzalluz lo más relevante fue “redescubrir la historia de tantas mujeres emprendedoras, creadoras, que encontraron en la moda esa potente herramienta de emancipación, independencia y libertad”. “Encontré muchísimas mujeres que desconocemos y que tuvieron un papel en la historia de Balenciaga como sus socias las hermanas Lizaso, las hermanas Mújica…”, recordó junto a Felicidad Duce.
“Me gustaría dedicar este premio a todas esas mujeres que han hecho la moda, que son protagonistas de la moda, y que son todavía hoy desconocidas, aunque afortunadamente cada día menos desconocidas”, apuntó para concluir su intervención, reconociendo que su labor seguirá siendo contar “muchas historias de moda” con los museos como protagonistas por “difundir conocimiento” e “interpretar y promover la reflexión de nuevo pensamiento”.
Anteriormente recibieron este reconocimiento grandes nombres del modelaje como Pablo Coppola (Balenciaga), Teresa Helbig o Jean-Paul Gaultier. La entrega del galardón se realizó en la sede de LCI Barcelona, en la calle Balmes 209. La escuela, cabe recordar, cambiará en el curso 2024/2025 su sede al distrito 22@ junto a la Torre Glories tras una inversión de 35 millones de euros. Esta modificación convertirá a la escuela en uno de los pilares de toda la red LCI en el mundo.
LCI Barcelona
LCI Barcelona es la Escuela de Diseño y Artes Visuales más internacional de la ciudad, una de las 12 destacadas instituciones de enseñanza superior que LCI Education tiene repartidas en los 5 continentes. Moda, Gráfico, Interiores, Producto, Animación, Videojuegos y Fotografía. Su multiverso creativo 100% conectado con el mundo de la empresa y lleno de sinergias entre áreas permite a estudiantes de todo el mundo convertirse en profesionales competitivos y desarrollar su carrera sin dejar de ser ellos mismos.