Estamos viviendo una situación excepcional ante esta fenomenal crisis sanitaria y nos encontramos ante una situación inédita. Si bien es cierto que no es la primera que nos toca vivir, también lo es que esta tiene muy poco en común con la última de nefasto recuerdo. En efecto, ni aun tirando de hemeroteca podría encontrar una situación en la que durante uno o dos meses prácticamente se hubiese paralizado la economía.
Si queremos ponerle cifras, los expertos afirman que el PIB mundial sufrirá una caída entre el 4% y el 5% a final de año, respecto a las previsiones. No obstante, más allá de la recesión, la principal preocupación se centra en la posible crisis de liquidez. Ciertamente, ante el pánico de los inversores, el banco Central Europeo y la Fed están redoblando esfuerzos para contener una posible subida de los tipos a corto plazo, en el mercado de préstamos institucionales, con el objetivo de evitar que bancos u otros inversores dejen de prestarse dinero entre ellos o a las empresas, o que lo hagan a tipos muy altos.
Las empresas deben permanecer atentas y prepararse para escenarios, poco favorables, sin embargo, en este preciso momento, estamos ante una crisis sanitaria, conviene no olvidarlo, y cualquier acción debe de ir encaminada a su resolución. Lo principal es la salud y la seguridad de todos. Ahí es donde Gobiernos, empresas y ciudadanos debemos mostrarnos unidos para atajar cuanto antes la expansión del virus y luchar para su extinción. Personalmente, considero que apuntar ahora hacia un foco distinto al de solucionar la crisis sanitaria carecería de sentido y, con bastante certeza, tampoco serviría de mucho, ya que en este momento nuestra principal preocupación se centra en la salud. Luego, cuando venzamos al virus es muy posible que el consumo se recupere y, poco a poco, vayamos retornando a una cierta normalidad. En ese momento, seguramente, será necesaria una intervención del Estado aplicando medidas que ayuden a la reactivación económica para que todos (empresas, empresarios, autónomos y trabajadores) volvamos a disponer de ingresos que nos permitan volver a consumir, a las empresas recuperar el ritmo de producción, suministro y distribución, previo a esta crisis y a todos juntos volver a hacer girar la rueda de la economía.
Como Presidente de Anceco me siento muy orgulloso de la demostración de generosidad y de compromiso con la sociedad que nuestro colectivo ha demostrado desde el inicio de esta crisis y de la manera como ha sabido salvaguardar la seguridad y velar por la salud de nuestros clientes y de nuestros equipos por encima de cualquier otro interés.
En este momento, os deseo mucho ánimo y, por encima de todo, mucha salud".
Jordi Costa