La firma interpreta estos sentimientos mediante el uso principal del color negro, todo un viaje en torno a este color.
Además, tonos agrisados como el azul, el verde y el ceniza, pintan tejidos de raso, adamascados y denim que, a su vez, comparten escenario con total looks rosas y rojo cardenal.
Las prendas destacan por su sutil rigidez y por estar combinadas de manera que ortorgan una silueta triangular invertida, combinando lo slim con lo oversize en una propuesta con miles de posibilidades.
ManéMané completa la colección con numerosos accesorios: sombreros de rafia que recuerdan al universo folk al que nos tiene acostumbrado y una nueva inmersión en el imaginario eyerwear. Una gafa negra y dorada que habla del pasado y el futuro por partes iguales.
Los zapatos, siempre muy presentes en sus colecciones, aparecen como una versión de un tradicional colegial acordonado y destalonado con bloque de suela robusta y dentada.
Así es como la burbuja ManéMané primavera-verano 2018 engloba una variedad de propuestas muy emocionantes que deja vestir un universo de color negro lleno de matices y sensaciones. Un duelo que dejará paso a una nueva vida a todo color.