El gigante Shein ha lanzado su propia plataforma para comprar ropa de segunda mano. Una estrategia que llega justo al poco tiempo de que países como Francia impusieran serias medidas de control frente a la fast-fashion. El caso de Shein no será algo puntual, pues se espera que todo este tipo de marcas acaben reposicionándose para evitar quedarse fuera de las tendencias de una moda más sostenible.
La sostenibilidad en la moda es el presente y futuro. La concienciación del consumidor y la llegada de nuevas generaciones al diseño textil son dos de las principales claves. También la incorporación de nuevas tecnologías que permiten potenciar el respeto por el medioambiente. Sin ir más lejos, desde Europa se están impulsando medidas como el uso de ecoetiquetas o la futura implantación de un pasaporte digital para la ropa.
“Las empresas de fast-fashion deberán reinventarse o reposicionarse si finalmente se continúa con el paquete de medidas en los que ha estado trabajando la Unión Europea durante los últimos meses”, indica Ester Vilaseca, directora del área de Moda de la escuela LCI Barcelona. Según indica la experta, alargar la vida de los productos textiles está siendo posible de dos maneras: una innovación en el proceso de producción y una concienciación de los consumidores.
En Francia se va a optar por ‘prohibir’ de manera indirecta la ropa de Shein. Y es que la Asamblea Nacional ya ha impulsado -a falta de pasar por el Senado- la prohibición de publicidad para cadenas de ropa fast-fashion como Shein o la reciente Temu. También deberán pagar un gravamen, lo que complica aún más la viabilidad de su negocio en el país.
“Las nuevas generaciones ya buscan algo más en la ropa. Es evidente que se combina con compras de fast-fashion por la facilidad que generan las nuevas plataformas de envíos y compras online y por unos precios que son imbatibles aunque no representan el coste real de todo el trabajo que implica la creación y elaboración de una prenda de ropa. Pese a ello, no se está dejando de lado el reciclado y la ropa de segunda mano”, reconoce Vilaseca.
Los datos respecto al impacto del sector textil en el ecosistema son alarmantes y de ahí la necesidad de la moda regenerativa. Según datos de AEMA y EPRS recogidos por el Europarlamento, hay 0,5 millones de toneladas de microfibras en los océanos, suponiendo el 35% de los microplásticos liberados en el medioambiente. Además, se calcula que entre el 2% y 10% del impacto medioambiental en la UE lo produce la ropa.
En total, el consumo del textil para vestir ha aumentado un 40% en solo unas décadas. A más demanda, más producción y, con los últimos mecanismos de producción en masa, más contaminación. Por todo esto es vital recurrir a alternativas como la moda sostenible para contribuir a reducir esta amenaza generacional que afecta a todo el mundo.
LCI Barcelona
LCI Barcelona es la Escuela de Diseño y Artes Visuales más internacional de la ciudad, una de las 12 destacadas instituciones de enseñanza superior que LCI Education tiene repartidas en los 5 continentes. Moda, Gráfico, Interiores, Producto, Animación, Videojuegos y Fotografía. Su multiverso creativo 100% conectado con el mundo de la empresa y lleno de sinergias entre áreas permite a estudiantes de todo el mundo convertirse en profesionales competitivos y desarrollar su carrera sin dejar de ser ellos mismos.