Las patronales de la Confederación Europea del Calzado (CEC), la Confederación de Asociaciones Nacionales de Curtidores y Peleteros de la Comunidad Europea (COTANCE), la Federación Internacional de la Piel (IFF) y la Organización Internacional de la Lana Textil (IWTO) han firmado el manifiesto conjunto del PEFCR sobre Ropa y Calzado, en el que manifiestan sus preocupaciones ante sus colegas y la Comisión Europea respecto a las disfunciones que provoca el procedimiento actualmente adoptado para el cálculo de la «Duración de Servicio» de los productos.
El «¿Cuánto tiempo?» de la unidad funcional está destinado a establecer la duración de tiempo que los artículos de ropa y calzado dentro del ámbito del PEFCR permanecen en servicio. El tiempo es un factor crucial para el cálculo de la huella ambiental de los productos, ya que cuanto más tiempo permanezca un producto en servicio, menor será su impacto ambiental.
Sin embargo, en la actualidad el PEFCR de Ropa y Calzado prevé que la duración de servicio de los productos esté limitada y no reflejará la realidad de las vidas útiles de los productos.
La Tabla 7 establece los valores predeterminados de duración de servicio para las diversas categorías de productos. La duración se expresa en el número de «usos» de un determinado artículo, independientemente del período de tiempo. Cada uso equivale a 1 día de uso, independientemente de cuánto tiempo se utilice el artículo. La fuente de los valores es externa a la Secretaría Técnica. Provienen del Módulo de Producto Higg 1 y se basan en el juicio de «expertos».
1 El Módulo de Producto Higg es una herramienta de evaluación de la sostenibilidad que considera el impacto ambiental de un producto desde la creación de los materiales hasta el final de su vida útil, desarrollado por Cascale (anteriormente conocido como la Coalición de Ropa Sostenible – SAC). Los valores no distinguen entre los materiales constitutivos y no han sido revisados por la Secretaría Técnica. Varían entre 40 usos/días para camisas y blusas, y 100 usos/días para un par de botas. Esto corresponde aproximadamente a una «temporada». Según el PEFCR v2.0, un multiplicador de durabilidad debería permitir extender la duración de servicio predeterminada por un factor de 0,67 a 1,45, y un multiplicador de reparabilidad podría llevarla hasta un máximo de 1,7.
El número de usos de un producto de ropa y calzado se aplica indistintamente a artículos que sirven para una ocasión o temporada, y a aquellos que se convertirán en una pieza más permanente del armario del consumidor. El método actual no tiene en cuenta que la vida útil de un artículo también está determinada por su capacidad para soportar el paso del tiempo, permanecer atractivo y funcional, defienden estas organizaciones europeas del textil, confección, cuero, piel y calzado.
Los multiplicadores de extensión de vida útil están bien intencionados, pero implican pruebas significativas (y, por tanto, costos para los operadores) para una ganancia relativa y en todo caso limitada. Además, no existen protocolos de prueba para materiales distintos a los textiles en las categorías de productos, excepto para el calzado.
Todo esto conduce a las siguientes disfunciones:
- incentiva productos de vida corta (que se usan menos que los valores predeterminados) y penaliza los productos duraderos (que en realidad se usan mucho más tiempo que los valores predeterminados).
- impide que los materiales y productos que están «hechos para durar» exploten su ventaja comparativa en la competencia por la durabilidad.
- establece un «ranking de ecodiseño» de facto de materiales que penaliza, en particular, los materiales naturales y especialmente los materiales de origen animal que, debido a las limitaciones de la metodología de ACV, tienen una mayor huella «de la cuna a la puerta» que los sintéticos.
El método propuesto para el cálculo de la durabilidad no mide el «tiempo» (¿cuánto tiempo?) sino los «usos» (¿con qué frecuencia?), y al establecer números predeterminados subjetivos de usos para cada categoría de producto (no respaldados por investigación), no tiene en cuenta la duración real en que un artículo se usa, ni el tiempo que permanece utilizable.
Expresar la longevidad en «número de usos» es muy difícil de visualizar y entender para los clientes y consumidores, al igual que el concepto de «impacto ambiental por uso» que transmitiría el único puntaje PEF. Los consumidores deben entender, en cambio, que cada uso adicional reduce el impacto ambiental del artículo. La Duración de Servicio Predeterminada (y específica) debería expresarse en años, aplicando la forma más común de medir la vida útil de la ropa y el calzado. La medición en «años» permitiría un ciclo de retroalimentación continuo para mejorar la evaluación de la Duración de Servicio, ya que este atributo puede medirse una vez que el Pasaporte Digital de Producto y la Directiva Marco de Residuos estén operativos. Además, en lo que respecta a la visualización del puntaje, la Duración de Servicio Específica debería mostrarse explícitamente junto al puntaje PEF para proporcionar al cliente información significativa.
2 Los productos a base de petróleo se benefician de los límites del sistema que no incluyen los impactos ambientales de la formación de la materia prima antes de su extracción, mientras que la formación de materiales de origen animal se contabiliza completamente. En la escala de la diferencia de los límites del sistema: «Usando Indicadores de ACV y Circularidad para Medir la Sostenibilidad de los Textiles—Ejemplos de Fibras Renovables y No Renovables» – https://www.mdpi.com/2071-1050/14/24/16683 El método actual «igualiza» todos los productos en cada categoría de producto, ya sea que se utilicen una vez y se desechen, o cientos de veces y se mantengan en servicio durante toda una vida útil.
Las organizaciones firmantes lamentan que el método propuesto no refleje la «Duración de Servicio» en la vida real y no fomente que las cadenas de suministro creen productos de ropa y calzado y cadenas de valor de mayor duración, que es lo que exigen los ODS de la ONU y la Unión Europea (es decir, la durabilidad como un nuevo requisito de rendimiento del ecodiseño).
Las industrias de ropa y calzado, junto con sus cadenas de suministro, están en transición hacia una economía más verde y circular. El cambio de paradigma que han introducido las políticas del Pacto Verde Europeo obliga a todos los segmentos del ecosistema Textil-Confección-Cuero-Calzado a adoptar modelos de negocio más sostenibles. Las normativas de la UE, como la Taxonomía, el ESPR, la Directiva de Declaraciones Verdes, CSRD y CS3D, están construyendo los mercados del futuro. Una metodología inmadura corre el riesgo de tener efectos altamente perjudiciales en la diversidad y competitividad de las industrias del ecosistema.
Materiales como el cuero, la gamuza, la piel y otros materiales naturales o de origen animal, cuya naturaleza y belleza atemporal resisten mucho mejor el paso del tiempo, deben tenerse en cuenta en la segmentación de productos para el cálculo de la duración de servicio o en el flujo de referencia, concluyen los portavoces de estas organizaciones firmantes del manifiesto conjunto.
