Ante estos hechos, María José Landaburu, Secretaria General de UATAE, manifiesta la necesidad de “hacer frente a las nuevas condiciones derivadas de la crisis sanitaria con la implantación de un nuevo escudo social que impulse mediante ayudas directas un plan de acción efectivo para lograr recuperar la actividad económica de los sectores más perjudicados”, para ello, añade Landaburu, “es necesario revisar la actuación de nuestros países vecinos que han aplicado paquetes de ayudas que han favorecido esta recuperación”. UATAE recuerda las ayudas ofrecidas por Alemania, Italia y Portugal donde impulsaron medidas de exención o reducción temporal de los tipos del IVA y aplazamiento hasta de un año para pago de impuestos a pymes y autónomos, sin intereses, así como, las de Francia o Reino Unido donde han ido elaborando respectivas indemnizaciones y ayudas económicas para las micropymes y trabajadores por cuenta propia que se han visto afectados con las nuevas medidas restrictivas. “Ante este marco europeo, España no puede seguir a la cola de los grandes acuerdos alcanzados en los países de la eurozona”, lamenta Landaburu, que además valora de forma negativa “la posición de nuestro país ante esta situación, que está adoptando posiciones de inacción al respecto, convirtiéndose en la excepción de Europa en cuanto a la aplicación de ayudas directas”.
Las medidas para los autónomos siguen ausentes, en el mes de septiembre, cuando el departamento de José Luis Escrivá dejó fuera a actividades directamente afectadas por las restricciones sanitarias, como el taxi, actividades vinculadas al ocio, o la producción de eventos y cultura. Para UATAE, los últimos datos de la Seguridad Social dejaron entrever de forma alarmante la situación delicada que afrontan sectores como el comercio o la hostelería. Han sido los colectivos más perjudicados en términos anuales, donde asumen las mayores pérdidas: comercio con un descenso de -10.180 autónomos; hostelería con -4.885 e industria manufacturera (-4.775). La organización alerta de que, si no se empieza a revertir la situación, recuperando la prestación extraordinaria por cese de actividad para los autónomos y con el impulso de ayudas que vayan en la tónica de la aplicación de moratorias en préstamos, créditos, leasing, renting, o cualquier otra fórmula financiera ligada a la actividad comercial. Así como, la dotación de los fondos europeos para el impulso y reconstrucción del tejido productivo, impulsando la actividad económica del pequeño comercio, la recuperación de los trabajadores y trabajadoras autónomas se verá ralentizada, ocasionando el cierre de muchos comercios que no podrán hacer frente al esfuerzo que vienen sosteniendo durante toda la crisis sanitaria.