En pleno debate europeo sobre sostenibilidad, residuos y economía circular, ReHubs, la iniciativa impulsada por Euratex, desembarca con una propuesta ambiciosa: industrializar la circularidad textil en Europa antes de 2032, mediante una estrategia acompañada de un plan táctico de acción.

El origen del desafío

El sector textil y de la moda europeo se enfrenta a una triple crisis: el aumento constante de textiles desechados, sistemas de recogida fragmentados y poco eficientes, y la proliferación de la moda ultra rápida que multiplica residuos sin control. Aunque ha habido avances tecnológicos en reciclaje, la mayoría de los textiles no se reincorporan como materia prima para nuevos productos —se degradan (downcycling), se incineran o se exportan—, dejando un enorme margen de mejora.

Además, existe un bloqueo estructural: los recicladores no consiguen escalar sin compromisos firmes por parte de las marcas, que a su vez dudan en comprometerse porque falta un suministro fiable y económico de fibras recicladas.

La propuesta de ReHubs

Para salir de ese atasco, ReHubs plasmará en los próximos días una estrategia que gira en torno a dos pilares fundamentales:

• Gestión integral de la cadena de suministro (“end-to-end supply chain management”): optimizar la recogida, el traslado, la clasificación, el reciclaje y la fabricación para asegurar volúmenes fiables de fibras recicladas, con costes y calidad transparentes.

• Financiación orquestada (“financing orchestration”): movilizar entre 5.000 y 6.000 millones de euros entre fondos públicos y privados, incluidos compromisos de marcas, inversores y apoyo institucional, para levantar la infraestructura necesaria.

Junto a estos pilares, se apoyarán seis palancas estratégicas que acelerarán la implementación: la armonización de estándares de la industria, investigación e innovación, abogacía política, escalado tecnológico, coordinación de redes sectoriales y creación de coaliciones de marcas.

Metas y expectativas

Los objetivos que se propone alcanzar ReHubs son:

• Reciclar 2,5 millones de toneladas de residuos textiles para 2032, lo que representaría entre el 35 % y el 40 %del volumen anual de residuos textiles de Europa.

• Generar entre 5.000 y 6.000 millones de euros en inversiones, tanto públicas como privadas.

• Crear hasta 10.000 nuevos empleos en toda Europa, ligados al desarrollo de infraestructura, innovación, reciclaje y cadena industrial textil.

• Posicionar a Europa como referente global en textiles circulares, mediante soluciones impulsadas por la demanda, robustas y escalables.

Calendario y actores implicados

• La estrategia completa se hará pública el 22 de septiembre de 2025.

• ReHubs cuenta con una comunidad de más de 30 socios, que incluyen recolectores, recicladores, marcas, organizaciones de responsabilidad de productores (PROs), proveedores tecnológicos y organismos inversores.

• También se presentarán avances del plan en eventos del sector como el Dornbirn Global Fibre Congress y los Circular Textile Days, para involucrar al conjunto de actores del ecosistema europeo de textiles.

Retos por delante

Aunque la estrategia de ReHubs marca un camino claro, los desafíos para alcanzarla son numerosos:

• Asegurar que las cadenas de suministro funcionen uniformemente en diferentes países con normativas, capacidades y costumbres diversas.

• Que las marcas se comprometan efectivamente, incluso cuando los costes de las fibras recicladas aún sean elevados comparados con los materiales vírgenes.

• Superar barreras tecnológicas y de infraestructura, especialmente en clasificación, reciclaje de fibras mixtas, calidad del producto final.

• Lograr que la financiación pública y privada fluya con la rapidez y escala necesaria, sin generar cuellos de botella ni dependencias excesivas de subvenciones.

El plan que presenta ReHubs podría representar un punto de inflexión para el modelo textil en Europa: de la producción lineal desechable a un sistema en que los residuos se conviertan en recursos, donde la circularidad textil deje de ser solo una aspiración ambiental para convertirse en un factor de competitividad industrial, innovación y empleo. Si tiene éxito, en 2032 Europa podría estar reciclando una parte sustancial de sus textiles desechados, generando crecimiento verde, reduciendo presión sobre recursos naturales y avanzando hacia una industria más justa y sostenible.