La patronal del calzado expresa su preocupación por una nueva caída en las exportaciones y pide actuaciones para ayudar al sector

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Marián Cano, secretaria ejecutiva de FICE.
La Federación de Industrias para el Calzado de España, FICE, reclama estabilidad en las normas laborales e insiste en que es necesario respetar los acuerdos alcanzados en el diálogo social, ya que el sector cuenta con su propio convenio pactado entre patronal y sindicatos

25 de marzo de 2024

Marián Cano, secretaria ejecutiva de FICE.

El sector del calzado ha iniciado el año 2024 con una nueva caída en las exportaciones, algo que, aunque esperado, preocupa seriamente a los empresarios del sector que reclaman actuaciones para ayudar a una industria que se ha visto seriamente afectada por la caída del consumo como consecuencia de la inflación y la renta disponible y que están viendo cómo algunas medidas en materia laboral les están haciendo perder competitividad.

Tal y como explica el responsable de Internacionalización de FICE, Federación de Industrias del Calzado de España, Imanol Martinez “las ventas al exterior han iniciado el año con una importante caída en términos de valor. Concretamente han caído un 7,5% respecto al mes de enero de 2023 y se han situado en torno a 251,4 millones de euros”.

Estos datos confirman la tendencia a la caída de las exportaciones que se esta dando desde el pasado mes de agosto y las previsiones es que esta dinámica se mantenga, al menos, durante el primer semestre del año.

Según el último informe del Ministerio de Industria, Comercio y Turismo, que incluye además de calzado otras partidas de su industria auxiliar, en enero del presente año las firmas españolas exportaron zapatos por un valor de 267,6 millones de euros. En comparación con enero de 2023, las exportaciones fueron un 7,8 % inferior. Si comparamos estos resultados con los de hace cuatro años, previos a la pandemia, las ventas al extranjero fueron un 3,7 % más alto que en el mismo mes de 2020.

Por comunidades autónomas, la caída más importante se produce en al Comunidad Valenciana con una caída de, 24,9% respecto a enero de 2023. En Aragón la caída ha sido del 34,2%, en Andalucía del 27,3%, en Baleares del 15,4% y en Murcia un 11,4%. Las exportaciones suben en: Cataluña (29%), Galicia (12,6%), Castilla la Mancha (0,2%), Madrid (45,6%), la Rioja (11%) y País vasco (35,8%)

En cuanto a las importaciones, en el primer mes del presente año,España adquirió en el exterior calzado por un valor acumulado de 405 millones de euros. Las compras en el exterior disminuyeron con respecto a enero de 2023 un 8,1 %.

En consecuencia, la balanza comercial del calzado durante el primer mes de 2024 arrojó un desequilibrio en términos generales a favor de las importaciones de 148,3 millones de euros, un 162,2 % más.

Una compleja situación

La secretaria general de FICE, Marián Cano, explica que el sector del calzado en España enfrenta una serie de desafíos significativos. La compleja coyuntura económica, influenciada por la creciente inflación, conflictos geopolíticos internacionales y aumentos en los costes, ha colocado a las empresas en una situación límite.

“Las empresas reclaman estabilidad en los reglamentos y en las nuevas legislaciones. Insistimos en que es necesario respetar los acuerdos alcanzados en convenio colectivo pactado entre patronal y sindicatos con consenso en asuntos como la jornada laboral”, señala Cano.

Además, los empresarios expresan su malestar por la falta de flexibilidad en la aplicación de los criterios por parte de la Inspección en torno a la figura de los fijos discontinuos que está generando rigideces que podrían obligar a las empresas a reajustar plantillas ante la caída de la producción.

Por otra parte, desde FICE insisten en la enorme preocupación en torno a la ley Crea y Crece que afecta directamente a las competitividad de las compañías en mercados globales. Esta ley interviene en las relaciones entre las empresas condicionando la libertad negociadora de las firmas zapateras en un mercado global en el que no se dan estas limitaciones. Y junto a este intervencionismo, hay que tener en cuenta que el calzado es un producto de baja rotación, desde que el producto llega al punto de venta hasta que se vende, el plazo es mucho mayor que el otros bienes como pueden ser productos frescos.

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