Con espíritu soñador y delicada silueta, la niña Chloé encarna elegancia y dulzura. Su vestuario mezcla prendas de reminiscencias couure con básicos muy confortables.
La niña aventurera de los tiempos modernos se transforma por la noche en una bilarina de ballet.
Los materiales son etéreos y vaporosos: el satén y la seda contrastan con una chaqueta perfecta en cuero gastado con unos vaqueros.
La pluma se vuelve ligera mostrándose estampada sobre petos-short o faldas. Los vestidos de escote asimétrico se dibujan sobre muselina de seda muy fluida.
Encontramos esta misma suavidad rigurosa en las enaguas en tul o en los vestidos premium que se llevan con manoletinas. La ligereza es la protagonista y reina en las faldas y en los vestidos, realzados con lentejuelas para días excepcionales.
Los apliques de flores suscitan una silueta primaveral. Las perlas realzan los finos tirantes de un vestido de seda o un peto short estampado.
El bordado inglés se muestra en vestidos y tops poéticos y se repite en el neceser de las más pequeñas: funda para biberón, toalla con capucha o el saco de paseo.