La presidenta de la Federación de Industrias del Calzado de España (FICE), Rosana Perán, la secretaria general, Marián Cano, y los vicepresidentes Juan Carlos Fernández (Calzado de Menorca), Juan Romero (CALZIA), Alfonso Ruiz (AICCOR) y Santos Martín (APICT) han mantenido la semana pasada una reunión con el secretario general de CEPYME (Confederación Española de la Pequeña y Mediana Empresa), Luis Aribayos, y la directora del departamento Sociolaboral de la confederación, Teresa Díaz de Terán.
Un encuentro en el que la presidenta de FICE y su equipo han trasladado a la confederación de empresarios la enorme preocupación existente en el sector del calzado en lo que respecta a las normas y medidas que afectan a la morosidad, los fijos discontinuos, el absentismo o la reducción de jornada laboral.
“Como representantes de las empresas del calzado español hemos explicado al vicepresidente de CEPYME y a la directora del departamento laboral la necesidad de trasladar al Gobierno Español y a la UE la situación límite en la que se encuentra nuestro sector, advirtiéndoles de que si no se rectifican algunas de las normas establecidas respecto a cuestiones relativas a la morosidad, a los fijos discontinuos, al absentismo y a la reducción de la jornada laboral, las empresas están perdiendo competitividad”, ha señalado Marián Cano, quien ha añadido que “la compleja coyuntura económica, influenciada por la creciente inflación y la bajada del consumo, unido a los conflictos geopolíticos internacionales ya están haciendo daño a las empresas”.
Una de las principales preocupaciones para las empresas de calzado es la normativa relativa a la morosidad.
La Comisión Europea propone medidas más estrictas contra la morosidad, lo cual impacta especialmente a la industria del calzado. Los plazos de pago reducidos, a los que la empresa española ya está expuesta desde la entrada en vigor de la ley Crea y Crece, dificultan las operaciones de las empresas, especialmente aquellas con transacciones internacionales y períodos medios de cobro prolongados. Hay que recordar que el calzado es un producto de baja rotación.
“Lo primero es que los esfuerzos se deberían centrar en acabar con la morosidad y no en acortar los plazos drásticamente como están haciendo ahora. Es un disparate que nuestras empresas, de naturaleza exportadora, y con un producto de baja rotación como el calzado tengan que ceñirse a los 30 días que establece la ley Crea y Crece del Gobierno de España. Es imposible, y si no lo logran quedan fuera de las ayudas europeas”, ha indicado Cano.
Para FICE la solución pasa por distinguir en las leyes que luchan contra la morosidad entre productos de alta y de alta rotación, caso del calzado. Y junto a ello, los empresarios del calzado apuestan por un pacto libre entre las partes a la hora de cerrar cada contrato.
“La realdad actual es que estamos perdiendo competitividad en el mercado global al que vamos dirigidos como sector inminentemente exportador que quiere trabajar en todas las áreas comerciales. Estas medidas a la vez que restan flexibilidad nos quitan competitividad”, ha apuntado.
Por otra parte, han explicado al secretario de CEPYME que las empresas enfrentan una situación límite debido a la caída del consumo y la regulación de los fijos discontinuos. La figura, esencial para un sector estacional, ha perdido su estatus, lo que provoca despidos o expedientes de regulación temporal en empresas que no pueden asumir los costos laborales.
La patronal del calzado alerta de los problemas que conlleva la jornada laboral planteada por el Gobierno.
“La reducción de la jornada implica en último caso una subida salarial al margen del diálogo social que muchas empresas no pueden asumir”, señala Marián Cano quien recuerda que “en el sector del calzado tenemos un convenio colectivo en vigor que se cerró tras las negociaciones con los sindicatos. Un acuerdo para cuatro años que es fruto del diálogo entre patronal y sindicatos y que recoge incrementos salariales y reducción de la jornada laboral, entre otras medidas. Este es el marco que debe regir al sector ya que es furo del diálogo social”.
Por último, el constante aumento del absentismo laboral en España se suma a los desafíos, generando preocupaciones adicionales para las empresas.
“Desde FICE instamos al Gobierno de España a que nos escuche y que sea consciente de la necesidad de no poner más trabas a la competitividad de las empresas para garantizar la supervivencia de las mismas y que no se produzca una destrucción de empleo que nadie desea”, ha concluido Marián Cano.