Durante la primera fase del proyecto, la empresa ha logrado recolectar un total de 1.800 prendas gracias a la participación activa de sus clientes. En este contexto, Boboli está estudiando mecanismos que le permitan incrementar esta cifra significativamente, con el objetivo de alcanzar un volumen de más de 32.400 prendas procesadas a lo largo de los próximos cinco años.
Este ambicioso plan ha contado con el respaldo de ACCIÓ, la agencia para la competitividad de la empresa del Departamento de Empresa y Trabajo de la Generalitat de Catalunya. En concreto, Boboli ha recibido una ayuda de 110.213 euros, concedido a través de la línea de ayudas para Nuevas Oportunidades de Negocio (NON). Esta línea de subvenciones está especialmente dirigida a empresas que están desarrollando nuevos planes de negocio o que se encuentran en fase de implementación de los objetivos definidos en dichos planes.
Economía circular como motor de crecimiento
Según Arancha Algás, consejera delegada y directora general de Boboli, la industria de la moda se enfrenta al reto de transformarse hacia un modelo más sostenible y circular. En sus propias palabras: “La industria de la moda tiene entre sus retos el de transformarse hacia la economía circular, y esto también puede suponer una oportunidad de negocio y de generación de empleo en el territorio.”
Algás detalla que Boboli ya llevaba a cabo la recogida de ropa en desuso en algunas de sus tiendas, pero que ahora han querido dar un paso más ambicioso: recuperar todas aquellas prendas que aún pueden reutilizarse. Esto ha motivado el desarrollo e implementación de este nuevo modelo de negocio.
Incentivos y sistema de recogida
Durante la fase inicial del proyecto, Boboli instaló contenedores de recogida en unas veinte tiendas de su red. Para incentivar la participación de los clientes, la empresa ofrecía vales de descuento a cambio de la entrega de ropa usada. Esta estrategia no solo fomentó el reciclaje, sino que también ayudó a estrechar la relación con su clientela habitual.
Tras realizar varias pruebas con posibles socios externos, la compañía decidió desarrollar su propio proceso de recuperación de prendas. En el último año, según Algás, Boboli ha conseguido recuperar 1.800 piezas de ropa y ha emitido más de 900 vales de descuento a los clientes que han participado activamente en esta iniciativa.
Clasificación, reutilización y objetivos a medio plazo
Una vez recogidas, las prendas son sometidas a un proceso de clasificación y selección. A partir de ahí, Boboli separa las piezas que se pueden reutilizar directamente de aquellas que solo permiten el reciclaje de fibras. Las prendas en mejor estado se destinan a la venta en sus tiendas outlet. Con esta acción, la empresa busca incrementar la cantidad de ropa recuperada entre un 50% y un 60% en los próximos años.
El objetivo estratégico para el próximo lustro es claro: revender 32.400 prendas de ropa y procesar aproximadamente 162.000 kilogramos de residuos textiles. Boboli estima que esta nueva línea de negocio generará unos beneficios superiores a los 160.000 euros, lo que representa una fuente de ingresos complementaria dentro de un marco sostenible. Además, con esta iniciativa, la empresa reducirá significativamente la huella ambiental de sus productos, aumentando la vida útil de cada prenda.
Trayectoria y expansión internacional
Fundada en el año 1984, Boboli nació como una empresa familiar dedicada inicialmente a la fabricación y comercialización de ropa de punto. En el año 2000, la compañía reorientó su actividad hacia la moda infantil, convirtiéndose en una de las marcas de referencia en este sector. Actualmente, comercializa sus productos tanto en tiendas propias como en franquicias y puntos de venta multimarca.
Cada año, Boboli vende más de cuatro millones de prendas, cuenta con una facturación anual de 40 millones de euros, emplea a más de 250 personas a nivel global y tiene presencia en 63 países.















