La socia de AERESS en Madrid, Recumadrid, fue la entidad visitada por el equipo de Re-Viste. En su planta en Villaverde recoge más 1.900.000 kg de textil anualmente. Textiles procedentes de diferentes distritos del Ayuntamiento de Madrid y de varios ayuntamientos de la Comunidad Autónoma. Y que genera una media de 25 puestos de trabajo anualmente de los que más de la mitad son contratos de inserción sociolaboral.
Para AERESS, este encuentro supone posicionar y dar visibilidad a la preparación para la reutilización llevada a cabo por las entidades de economía social y solidaria. Es fundamental para el sector que los agentes de los sistemas de responsabilidad ampliada del productor conozcan de primera mano el trabajo de las entidades sociales. Y no sólo su aportación en materia de prevención de los residuos y reducción de la huella ambiental, si no también en el desarrollo de la inserción socio laboral de personas en situación vulnerable. La preparación para la reutilización local es una actividad dentro de la cadena de valor del textil que deberá integrarse de forma prioritaria en el diseño de estos nuevos sistemas de gestión de los residuos.
La intención de RE-VISTE, como argumenta su director general Juan Ramón Meléndez, explican fuentes de AERESS, es preservar el ecosistema que ya existe y que funciona desde hace décadas, donde las entidades sociales tienen un papel clave por su experiencia y su impacto social positivo. Su función será aportar mejoras y recursos, con el objetivo de alcanzar la circularidad del textil, preferiblemente de manera local, evitando exportaciones y malas prácticas de gestión. Es decir, complementar las fases donde son necesarios recursos adicionales. Un ejemplo puede ser el reciclaje de textil post consumo, un tratamiento que a día de hoy necesita un fuerte impulso para ser realmente una opción sostenible y competitiva.
RE-VISTE: prueba piloto
En los próximos meses, Re-Viste comenzará un pilotaje de recogida y tratamiento de textiles en seis municipios del país. Un proyecto desarrollado junto con la FEMP (Federación de Municipios y Provincias), donde se pondrá a prueba un sistema de recogida en localidades de diferentes características con la intención de sacar una serie de recomendaciones para la gestión sostenible de este residuo. En este pilotaje, el SCRAP trabajará además de con las administraciones locales, con empresas privadas y con entidades sociales expertas.
Entre sus primeros objetivos, destacan ; crear una red suficiente de contenedores y otros puntos de recogida, que todo el material recogido pase por planta de tratamiento, y hacer un buen seguimiento de todos los procesos para realizar una buena gestión de la información y de los datos. Además, para que su funcionamiento sea lo más óptimo posible, en un ecosistema complejo, será necesario definir estándares para cada fase.
Objetivos compartidos
Desde AERESS, informan, «compartimos sus objetivos iniciales y confiamos en que la consecución de estos contribuya a una mejora de los porcentajes de recogida selectiva de textiles, a un aumento de la preparación para reutilización y por tanto, a disminuir el impacto ambiental del residuo textil».
Para ello, señalan desde AERESS, «es prioritario que las entidades sociales puedan cubrir los costes de la gestión del residuo textil y obtener beneficios para invertir sus proyectos sociales de inserción laboral. Tenemos ejemplos que demuestran que aquellas poblaciones cuyas administraciones públicas pagan a las empresas por la gestión completa del residuo textil superan con creces la ratio de kilogramos de textil recogido por habitante y año».
Hasta ahora la media española en la recogida de ropa usada ha estado en torno a 2,31 kg/persona/año. En la Mancomunidad de Montejurra (18 municipios de Navara) con un contrato adjudicado a Traperos de Emaús (EI), entidad socia de AERESS, la ratio media de recogida es de más de 9 kg por persona/año, según datos del Informe de Moda re, Análisis de la recogida de Ropa.
El destino prioritario de los textiles recogidos debe ser siempre la reutilización local
Por otro lado, añaden desde AERESS, el destino prioritario de los textiles recogidos debe ser siempre la reutilización local (cumpliendo con la jerarquía de residuos, pilar clave en la legislación europea en esta materia). Para ello, tanto el principio de proximidad como la jerarquía de residuos deben ocupar un lugar destacado en la elaboración de las políticas tanto públicas como privadas de los SCRAP.
Para lograrlo, señalan desde la organización, se deberá asegurar la viabilidad económica del sector de las Empresas de Inserción, que siempre se han regido por este principio, de modo que se aproveche su experiencia, y se potencie su sostenibilidad social y medioambiental.
El sector se enfrenta a una grave crisis internacional del residuo textil
Es importante destacar que en estos momentos el sector se enfrenta a una grave crisis internacional del residuo textil provocada por un aumento exponencial de este residuo, por el aumento de los costes y la bajada de la calidad de los textiles, como consecuencia de las fast fashion. Esto ha hecho colapsar a numerosas entidades dedicadas a su tratamiento, como Soex en Alemania.
Por ello, conlcuyen desde AERESS, es importante alertar en esta interlocución entre todos los actores del sector textil, que un servicio de recogida sin financiación se convertirá en inviable y obligará a muchos gestores a finalizar este tipo de actividad, corriendo el riesgo de perder todo el conocimiento y experiencia que las empresas de inserción pueden aportar. Y es que aunque la actividad económica de las entidades sociales está asociada a la venta de 2º mano, esta no cubre todos los gastos de la gestión de los residuos textiles, reconocen desde la asociación. Por ello, reclaman, debe articularse como una actividad económica generadora de empleo, y de empleo de inserción, y como parte imprescindible de la transición ecológica justa.