Estas medidas están demostrando su eficacia: según datos del Ministerio de Sanidad, el comercio únicamente concentra el 0,8% de los casos por covid en el ámbito laboral desde la desescalada de junio. Si las tiendas son seguras para nuestros empleados, que atienden al público a diario, son seguras para los consumidores.
En el estudio sobre Las empresas ante el COVID-19, Medidas de prevención en grandes establecimientos, ANGED recoge las principales medidas, algunas de las buenas prácticas implementadas y evidencias sobre su eficacia. Entre otras:
→ La mayor superficie de venta facilita la adopción de protocolos de prevención
→ Control de aforos y ayuda para ordenar el tránsito de clientes
→ Sistemas de climatización para la renovación permanente del aire y los bajos niveles de CO2
→ Servicios de prevención propio para una gestión de riesgos rigurosa
→ Formación a los equipos para la correcta aplicación de medidas
→ Campañas de sensibilización para clientes y empleados
→ Métodos de cobro más ágiles para descongestionar las cajas
→ Limpieza y desinfección reforzada en zonas de contacto frecuente
→ Coordinación con proveedores y empresas que operan en centros
→ Toma de muestras de contaminación por covid en algunos centros
→ Prioridad en la vigilancia de la salud de los empleados
→ Programas de auditorías internas y externas
La seguridad se ha convertido en un factor indispensable e ineludible para la distribución comercial. El consumidor quiere espacios seguros de compra, que garanticen unos altos estándares de seguridad ante el covid, medidas de prevención y distanciamiento adecuadas y una protección lo más eficaz posible para empleados y clientes. Nuestras empresas han demostrado capacidad para garantizar esta demanda, por eso no está justificado desde el punto de vista técnico el cierre de tiendas impuesto en algunas comunidades y cuyo impacto en la actividad comercial y el empleo está siendo muy negativo.