Koahari presenta su nueva colección, “Giverny. Le jardin”, inspirada en los jardines del artista impresionista Claude Monet. La colección está formada por nueve diseños con una paleta de colores que danza entre los pétalos de las flores y los estanques de nenúfares, y que ha sido la fuente principal de la inspiración creativa.

Los matices cambiantes de la naturaleza reflejan la vibración de color en cada uno de los modelos entre los que encontramos desde vestidos midi de cuello halter en azul pastel, escotes de corazón adornados con plumas en tonos morados, drapeados verde agua y vestidos con faldas de tul en un dulce y cálido morado que recuerdan a ese halo que envuelve los cuadros de Monet. Una colección cuyos colores son su principal conexión con las obras del artista impresionista.

Tal y como afirman desde Koahari, esta nueva colección es “una expresión tangible de la armonía entre el arte y la moda, la forma en la que ambas se relacionan para dar lugar a esta nueva creación elegante y primaveral”. Diseños que nos invitan a dejarnos llevar, al igual que lo hacen las obras de los impresionistas, en ese vaivén de idas y venidas de un pincel que no sabe mantenerse en el cuadro, pero sí crear un efecto óptico de calma, armonía y serenidad.

“Giverny» es una oda a Claude Monet y el jardín fuente de inspiración de sus obras. Este no era solo un testimonio de la conexión íntima de Monet con la tierra y la belleza que le rodeaba. A través de su arte, logró capturar la esencia efímera y cambiante de su jardín, transmitiendo la magia y serenidad de la campiña francesa”, comenta la diseñadora.

Los colores de Monet crean una atmósfera efímera y sirven de inspiración para los diseñadores contemporáneos que buscan crear piezas que sean una expresión de belleza y armonía visual. Las flores, los colores vibrantes y la interacción dinámica de la luz y los objetos se reflejan en cada diseño, creando piezas que son auténticas obras de arte.

Koahari

La marca Koahari surge para vestir a la mujer contemporánea con versátiles creaciones de manufactura artesanal. Debe su nombre a dos términos maoríes y tiene un claro objetivo: transmitir el espíritu estival los 365 días del año. Así, sus vestidos inspirados en el paisaje mediterráneo trasladan a un verano eterno. “Siempre defendemos nuestro lema ‘menos es más’ y ese es el punto de partida al hacer cada vestido”, explica su creadora.

Su propuesta ofrece un ‘lujo asequible’ que se diferencia de otras firmas del mercado por su filosofía: calidad, sostenibilidad y atemporalidad. La producción se realiza de forma artesanal en el atelier valenciano de la etiqueta, creando ediciones únicas y series limitadas. Cada una de sus piezas se produce íntegramente a mano, siguiendo el paraguas de los más exquisitos procesos de costura.

De hecho, es clave en su éxito haber sabido explotar el valor de lo fabricado en España, “Producimos en España y escogemos los materiales muy cuidadosamente. Todos los tejidos provienen de fábricas europeas que comparten nuestros valores de calidad”.  La seda natural, se convierte así en la opción predilecta por la que apuesta la pujante enseña.