Para ello, el mercado ofrecía una serie de sistemas higienizantes en medio líquido (autorizados por el Ministerio de Sanidad como efectivos contra el SARS-Cov-2), aplicados directamente sobre el producto tras su uso, así como sistemas basados en radiaciones como el ozono o el ultravioleta, cuya efectividad desinfectante ya estaba constatada para otros microorganismos.
Pero ¿cómo afectaban estos tratamientos a los materiales utilizados en calzado?
La falta de información científica al respecto, desencadenó en el proyecto COVIDSHOE. “Gracias al apoyo del IVACE y los Fondos FEDER, hemos podido aportar soluciones innovadoras a las empresas del sector que van desde un correcto uso de los higienizantes para evitar que estos estropeen el calzado o alteren sus propiedades, hasta la creación de materiales con propiedades viricidas”, explica Elena Orgilés, subdirectora de Materiales y Tecnología.
Además, gracias a la información recogida en el proyecto COVIDSHOE, INESCOP ha elaborado unas Guías para fabricantes, usuarios y retails en las que, entre otras cosas, se aconseja usar preferentemente los viricidas basados en alcohol específicos para calzado, pudiendo pulverizar las suelas hasta 100 veces y teniendo cuidado solo con algunas pieles que podrían llegar a secarse. Sin embargo, hay que tener especial cuidado con viricidas basados en sales de amonio, no específicos para textiles o calzado, “porque pueden dañar seriamente los materiales de piso, llegando a perder sus cualidades”, especifica Orgilés.Gracias al amplio estudio realizado en el marco del proyecto COVIDSHOE, nos cuenta la investigadora principal, Gloria Lillo, “podemos afirmar que una exposición excesiva a los diferentes tratamientos viricidas puede producir manchas, pérdida de color, brillo e incluso microgrietas en algunos materiales de calzado que llegan a afectar a sus propiedades mecánicas”.
Materiales testados con propiedades viricidas frente a la COVID-19
Pero INESCOP no solo se centró en la higienización, sino que desarrolló materiales para su uso en calzado con capacidad viricida intrínseca. “En el caso de los materiales de piso de SBR, TR, EVA y PU, se ha incorporado en el seno de los materiales durante el procesado de los mismos, mientras que en el caso de materiales de corte, tanto de pies como de textil, se ha incorporado de forma superficial mediante pulverización”, explica Gloria Lillo.
Para la evaluación de la capacidad antiviral de los materiales desarrollados ha sido necesaria la contratación de laboratorios especializados como elInstituto de Investigación, Desarrollo e Innovación en Biotecnología Sanitaria de Elche (IDIBE), de la Universidad Miguel Hernández o el Instituto Tecnológico de la Alimentación (AINIA).
Además, desde el inicio del proyecto COVIDSHOE, se ha contado con la colaboración de numerosas empresas de calzado, componentes y materiales. Es el caso, por ejemplo, de TEMPE, con la cesión de calzado, o de DIAN que ha podido lanzar al mercado un producto con propiedades antimicrobianas, gracias a su colaboración en el proyecto mediante la preparación piloto de materiales.













