De la gestión de este residuo se derivan beneficios ambientales (13.864 toneladas de CO2 no emitidas) y también sociales (creación de empleo verde, ejecución de proyectos de cooperación al desarrollo y programas sociales en el territorio más cercano).
La gestión del textil usado vive un momento clave, fruto del impulso que han dado la Estrategia para Textiles Circulares y Sostenibles de la UE y la Ley 7/2022 de 8 de abril, de Residuos y Suelos Contaminados para una Economía Circular,que responde a la creciente sensibilidad de la ciudadanía en relación a la sostenibilidad de la moda. Las 2.272 toneladas de residuo textil, recuperadas en Cataluña durante el primer semestre gracias a una red de 1.400 contenedores de recogida selectiva, representan un aumento del 5,8% respecto al mismo período del año anterior (2.147 toneladas) e impactan directamente en el economía circular y social.
La reutilización como elemento clave de la economía circular y la economía social
El 90% de la ropa desechada por la ciudadanía tiene una segunda vida gracias a la reutilización y el reciclaje, elementos claves para la economía circular y la creación y mantenimiento de puestos de trabajo de calidad. Además, la gestión de este residuo ha evitado en el primer semestre la emisión de 13.863 toneladas de CO2: es el dióxido de carbono que emiten 5.200 coches que circulan 15.000 km cada uno o el que absorben 103.400 árboles durante un año.
El residuo textil (la ropa, el calzado, los complementos y el textil del hogar que ya no se utilizan) se deposita en los 1.400 contenedores ubicados en lugares de fácil acceso, que se vacían periódicamente (entre una y dos veces por semana) para garantizar un buen servicio. Posteriormente, se clasifica en la planta de preparación para la reutilización que Humana tiene en L’Ametlla del Vallès (Barcelona).
Compromiso ambiental, trazabilidad y transparencia
“La recogida selectiva de ropa tiene un gran potencial para garantizar una segunda vida: casi el 60% se puede reutilizar y el 32% reciclar. El primer objetivo siempre es la reutilización porque la prenda más sostenible es la que ya se ha fabricado y no tiene más costes ni impacto de producción. Por eso es importante que la ropa de la que nos deshacemos se deposite en el contenedor correspondiente, porque desgraciadamente casi el 90% del residuo textil no termina en el punto de recogida adecuado, sino en la basura”, asegura Rubén Fernández, promotor nacional de Humana.
“Agradecemos las donaciones de la ciudadanía. La recogida selectiva sólo tiene éxito con la conjugación de dos factores: un compromiso ambiental por parte de la administración local y un servicio profesional y transparente por parte de la entidad gestora. Ambos elementos conviven en el territorio”, añade el representante de la entidad.
Beneficio ambiental y social
La gestión del textil usado contribuye a la lucha contra el cambio climático: por cada kg de ropa recuperada (y que no termina en un vertedero para ser incinerado) se evita la emisión de 6,1 kg de CO2, según un estudio de la Federación Humana People to People. Las 2.272 toneladas recuperadas en Cataluña han evitado la emisión de 13.864 toneladas de CO2.
A este beneficio ambiental hay que añadir el social: la creación de empleo verde. La entidad genera un puesto de trabajo en Cataluña por cada 18.000 kg de textil recogido. Además, los recursos que se obtienen se destinan principalmente a los programas de desarrollo que Humana lleva a cabo en los países del Sur de la mano de sus socios locales.
Datos globales en Cataluña
En Cataluña, cada persona genera anualmente unos 22 kg de residuos textiles y sólo 2,3 kg se recogen selectivamente por un gestor autorizado como Humana. Este cifra representa sólo el 11%. En la mayoría de los hogares, la mayoría de los textiles se incluyen todavía dentro de la fracción resto, lo que se traduce en una cifra global de 147.000 toneladas de residuos textiles arrojados sin retorno en el caso de territorio, y de 900.000 toneladas en el caso de España.