La reciente fase de consulta previa emprendida para la futura Ley de Economía Circular (LEC) ha abierto un escenario clave para el sector textil en España, al plantear la urgencia de estructurar un mercado único de residuos y materias primas secundarias que permita a la industria incorporarse de forma competitiva y sostenible al nuevo marco regulatorio europeo y nacional. Dentro de este contexto, el Observatorio Textil y Moda (OTyM) ha realizado importantes aportaciones que buscan garantizar que esta transición normativa contemple específicamente las peculiaridades de la cadena de valor textil-moda, donde la generación, recogida, clasificación y valorización de residuos textiles y prendas fuera de uso presenta retos singulares.
Las aportaciones del OTyM se enmarcan en varios ejes estratégicos. En primer lugar, se insiste en la recogida separada y sistemática de residuos textiles, con el fin de facilitar que los materiales puedan incorporarse como materias primas secundarias de calidad. El nuevo esquema normativo propone que residuos como prendas, tejidos o calzado alcancen una gestión eficiente y cierre del ciclo productivo, evitando su vertido o incineración y convirtiéndolos en recursos. El OTyM subraya que, para ello, es imprescindible que la normativa contemple mecanismos operativos claros para la recogida, clasificación y tratamiento —y que estos mecanismos sean compatibles con la realidad de las empresas del sector.
En segundo lugar, el Observatorio apunta a la necesidad de asegurar la trazabilidad de materiales y productos textiles, de modo que cada prenda o lote pueda seguir su vida útil, su paso a residuo y su reincorporación al ciclo de materiales. Esta trazabilidad no solo es un requisito ambiental o regulatorio, sino también una palanca de competitividad: los compradores, marcas y mercados ya demandan transparencia sobre origen, composición, reciclabilidad y destino final. En su informe de 2023-24, el OTyM señala cómo la trazabilidad y el ecodiseño aparecen como piezas clave para el reciclaje textil en España.
Otro de los aspectos fundamentales planteados por el Observatorio es la calidad de las materias primas secundarias: no basta con extraer residuos y reciclarlos, sino que estos materiales deben cumplir los criterios de calidad necesarios para que puedan incorporarse eficazmente al proceso productivo textil y de confección. Esa transición de residuo a recurso exige inversiones, innovación y un entorno regulatorio que incentive el uso de esas materias recicladas. En este sentido, el OTyM advierte de los retos del reciclaje textil: costes elevados, falta de escala industrial, y la necesidad de que la normativa lo tenga en cuenta para no penalizar indebidamente a las pequeñas y medianas empresas del sector.
En cuanto al mercado único de residuos y materias primas secundarias textiles, el Observatorio considera que la futura Ley de Economía Circular debe facilitar y armonizar los flujos inter-empresariales de estos materiales, con un tratamiento que no esté excesivamente fragmentado por comunidades autónomas o por cadenas sectoriales. En otras palabras: que los residuos textiles pueden transformarse en materias primas para otra empresa, posiblemente en otra región o subsector, sin que la regulación lo convierta en una barrera. En ese punto, el OTyM reclama claridad normativa sobre la clasificación de residuos textiles, su valorización y su tratamiento como materia prima secundaria en el mercado.
Asimismo, el Observatorio advierte sobre la necesidad de evitar cargas administrativas excesivas que puedan obstaculizar la transición sostenible del sector. Dado que muchas empresas textiles en España son pymes, con menor capacidad de inversión y adaptación que grandes marcas globales, la normativa debe buscar un equilibrio entre exigencia ambiental y viabilidad económica, permitiendo que la innovación y la circularidad puedan convertirse en ventaja competitiva, no en sobrecoste insalvable.
Por último, el OTyM resalta la importancia de la colaboración público-privada y del desarrollo de infraestructuras de recogida, tratamiento, reciclaje y valorización que permitan la circulación efectiva de materias primas secundarias textiles. Esto implica que la ley contemple incentivos, líneas de apoyo, estímulos a la inversión y mecanismos que favorezcan la escala y la competitividad del reciclaje textil. El Observatorio ya ha documentado las oportunidades que España posee: infraestructura industrial, centros tecnológicos, capacidad innovadora, y un sector textil-moda relevante que representa en torno al 2,8 % del PIB español.
En definitiva, las aportaciones del Observatorio Textil y Moda a la consulta previa de la Ley de Economía Circular giran alrededor de la recogida diferenciada de residuos textiles, la trazabilidad, la calidad de las materias primas secundarias, la creación de un mercado único y la viabilidad de las pymes. Estas recomendaciones pretenden que la nueva legislación no solo plantee exigencias medioambientales, sino que genere un marco operable que permita al sector textil español transformarse, innovar y participar activamente en la economía circular.
Desafíos para la industria y pasos a seguir
El camino hacia un mercado único de residuos y materias primas secundarias textiles implica superar varios desafíos:
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Ampliar y mejorar los sistemas de recogida y clasificación de residuos textiles, que actualmente en muchos casos no están plenamente desarrollados.
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Garantizar que los materiales reciclados alcanzan una calidad suficiente para su reutilización productiva, lo que requiere inversión en I + D, tecnología y escala industrial.
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Alinear la normativa con la realidad de las pymes, evitando cargas desproporcionadas que puedan frenar su capacidad de adaptación.
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Asegurar que la ley contemple incentivos y mecanismos de apoyo que faciliten la transición de modelos lineales a circulares en la cadena textil-moda.
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Favorecer la coordinación interregional y sectorial para que el mercado de materias primas secundarias funcione de forma fluida y eficiente en todo el territorio.
Por su parte, la industria textil española tiene ante sí una oportunidad: liderar la transformación hacia modelos más sostenibles y circulares, aprovechando su capacidad industrial, su tejido empresarial y las exigencias de los consumidores que cada vez valoran más la sostenibilidad. Como recuerda el Observatorio, “la economía circular no es una tendencia, sino una obligación de futuro”.
Mientras la ley avanza y se espera su aprobación y desarrollo reglamentario, corresponde al sector textil anticipar los cambios: adoptar ecodiseño, mejorar la trazabilidad, desarrollar cadenas de recogida y reciclaje, e integrar materiales secundarios de calidad. Así se podrá cumplir no sólo con la normativa, sino también con la competitividad y el liderazgo en un mercado cada vez más exigente.














