Esa es la filosofía que ha seguido el Grupo Mascaró desde que se decretó el estado de alarma el pasado 14 de marzo. Transformar su fábrica en un centro de producción con todas las medidas de seguridad para sus voluntarios y de homologación para que esos EPIs sean realmente efectivos a la hora de utilizarlos.
Para lograrlo la dirección de Mascaró y del Hospital de Mahón se han coordinado con el objetivo de producir exactamente lo que cada día necesitan sus médicos, doctores, celadoras y limpiadoras.
Cada mañana un representante del Hospital Mateo Orfila trae a la fábrica el material para hacer las mascarillas, batas y delantales que necesitan; y cada tarde los diez voluntarios le entregan el fruto de su compromiso diario. 1.800 mascarillas, 332 delantales y 103 batas es el balance total hasta el día de hoy en la lucha contra el Coronavirus. Más de 2.000 razones para seguir ayudando cada día a los grandes héroes de nuestra sociedad que, sin pedir nada a cambio, se lo juegan todo por nosotros, nuestros padres y nuestros ancianos.
Ubicado en la localidad menorquina de Ferreries, el grupo de empresas, fundado en 1918 por los hermanos Pedro y Antonio Mascaró, cuenta en la actualidad con un centenar de tiendas en más de veinte países y produce calzado de mujer bajo tres marcas: PrettyBallerinas, Mascaró y Úrsula Mascaró.













