La industria de la moda y los textiles se enfrenta desde hace décadas a un problema persistente y de alto coste: los materiales deadstock, también conocidos como excedentes o inventarios inactivos. Se trata de tejidos sobrantes tras las producciones, pedidos cancelados, adornos sobrecomprados o productos acabados que no se han vendido debido a la caducidad de las tendencias o a la sobreproducción. Estas existencias inmovilizadas suponen una carga financiera, ocupan espacio valioso en almacenes y, en muchos casos, acaban incineradas o vertidas en vertederos, generando un despilfarro de recursos tanto económicos como medioambientales.

Ante esta situación, la gestión de materiales deadstock ha dejado de ser una preocupación secundaria en las operaciones de las marcas para convertirse en una prioridad estratégica. En un contexto en el que se exige reducir costes, minimizar emisiones y cumplir con ambiciosos objetivos de sostenibilidad, saber qué hacer con el exceso de stock es ahora un factor diferenciador.

¿Qué es exactamente el deadstock?

El término deadstock hace referencia a aquellos materiales sobrantes o productos acabados que permanecen sin vender ni utilizar durante largos periodos de tiempo. Puede tratarse de tejidos que quedaron tras una producción, artículos resultantes de pedidos cancelados, accesorios comprados en exceso o incluso inventario obsoleto que ya no responde a las demandas estacionales del mercado.

En los sistemas tradicionales, de tipo lineal, estos materiales suelen contabilizarse como pérdidas o, directamente, destruirse. Sin embargo, en un mundo que avanza hacia modelos circulares, la gestión proactiva del deadstock puede desbloquear un valor oculto significativo.

¿Por qué la gestión del deadstock es más importante que nunca?

Eficiencia financiera: El stock sin vender retiene capital operativo. Al revender o reutilizar estratégicamente este excedente, las marcas pueden recuperar parte de sus costes y mejorar su liquidez.

Compromisos de sostenibilidad: Tanto los consumidores como los organismos reguladores exigen una menor huella ambiental. Reducir los residuos derivados del deadstock impacta directamente en los indicadores medioambientales de una empresa.

Narrativa de marca: Las iniciativas transparentes en torno al deadstock demuestran un compromiso real con la circularidad, fortaleciendo la relación con un público cada vez más consciente y exigente.

Buenas prácticas en la gestión de deadstock

1. Programas internos de reutilización
Las marcas pueden incorporar sistemáticamente el deadstock en nuevas colecciones, evitando así la compra de tejidos nuevos. Esta estrategia no solo conserva recursos, sino que también añade una historia única a las colecciones, especialmente en ediciones limitadas o cápsulas creativas.

2. Reventa externa (B2B y B2C)
Cada vez más empresas comercializan sus excedentes a otros diseñadores o negocios. Este enfoque mantiene los materiales activos en el mercado y contribuye a reducir los residuos del sector de forma generalizada.

3. Almacenamiento inteligente y trazabilidad
Una gestión eficaz comienza por conocer lo que se tiene. Los sistemas digitales de inventario permiten rastrear en tiempo real los materiales envejecidos, alertando sobre aquellos con mayor riesgo de desperdicio.

4. Diseño adaptable
Cuando los diseñadores crean patrones flexibles que se ajustan a diferentes disponibilidades de tejidos, se facilita considerablemente la incorporación del deadstock en futuras producciones.

Recovo: software de reutilización para una economía circular interna

Muchas empresas se limitan a vender su stock sobrante, pero Recovo va más allá: ofrece una solución tecnológica centrada en la reutilización interna de materiales. Su plataforma permite:

• Catalogar tejidos y adornos sobrantes según su tipo de material, color, tamaño y disponibilidad.
• Facilitar la búsqueda y selección de materiales entre los equipos de diseño y compras antes de realizar nuevas órdenes.
• Registrar métricas de reutilización, cuantificando los ahorros económicos y ambientales logrados.

Este sistema de gestión en circuito cerrado garantiza que el deadstock no se convierta en una liquidación puntual, sino en una herramienta continua dentro del proceso creativo y de producción.

Recovo

Recovo desarrolla soluciones circulares para el sector de la moda. Su propuesta cubre varios aspectos clave de la economía circular:

• Marketplace para vender textiles y materiales excedentes.

• Compra de tejidos deadstock por parte de otras empresas.

• Servicios de reciclaje que conectan marcas de moda con entidades especializadas.

• Software de upcycling para ayudar a las empresas a gestionar internamente la circularidad de sus recursos.

En definitiva, Recovo demuestra que el futuro de la moda no solo se cose con hilo y aguja, sino también con tecnología, visión estratégica y compromiso con el planeta.