Cada pieza se diseña y produce en el taller local de la marca en Tenerife, utilizando filamentos biodegradables u obtenidos de materiales reciclados como maíz, caña de azúcar, remolacha y otros recursos de origen responsable. Esta combinación de tecnología y compromiso con el planeta permite crear accesorios únicos, ligeros y con un impacto ambiental significativamente menor.
“Empezamos a diseñar con el foco puesto en el planeta. No solo buscamos belleza, sino también responsabilidad. Aplicamos nuevas tecnologías para enriquecer, no para sustituir, las técnicas tradicionales”, comenta el equipo creativo de Gallobuey.
Cookie Bags Flex representa una nueva generación de accesorios: sostenibles, innovadores y conscientes. Gracias al diseño digital y la impresión 3D, cada bolso se fabrica de forma personalizada, sin residuos ni excesos, y cuidando tanto del entorno como de las personas, gracias a materiales hipoalergénicos y respetuosos con la piel.
La colección se inscribe en una filosofía clara: la moda está cambiando, y todos debemos contribuir. Gallobuey lo hace desde el diseño responsable, la producción local y la tecnología aplicada con conciencia.
“Creemos que la transición ha comenzado, y que el cambio empieza por cada decisión que tomamos como consumidores y creadores. La moda puede –y debe– ser parte activa de ese cambio.”














