Visto a través de la lente del minimalismo elegante y la artesanía italiana, el vocabulario que define a Ferragamo hoy, lo que emerge es a la vez liberador y refinado. “Siento que, hoy en día, la gente se viste para sentirse cómoda: quieren cosas que se sientan relajadas, inmediatas y fáciles de usar”, explica Davis. “Y esa forma de pensar es algo que quería traer al vestuario de esta colección”.
Los azules vibrantes se mezclan armoniosamente con tonos tierra, creando una sensación de frescura y vitalidad. El uso de elementos naturales y tropicales aparece sutilmente en estampados gráficos de hojas de palmera teñidas por el sol y en flecos de rafia aplicados a las sandalias de cuero. Los tejidos de punto de seda y algodón, teñidos con efecto tie-dye, evocan la sensación de las vacaciones de verano, mientras que formas orgánicas se integran en detalles de vestidos fruncidos y sandalias.
El corcho, un material clave en la herencia de Ferragamo desde 1940, adquiere una nueva vida al ser transformado en un tacón esférico en los zapatos confeccionados en corcho, gamuza y acabados metálicos galvanizados. Mientras que el delicado encaje aparece distorsionado en formas orgánicas, casi alucinógenas. Además, el bolso tejido encuentra su forma más elevada a través de Gancini de cuero entrelazado intrincadamente, que suspende una bolsa de lona de lino con cordón en su interior.
La colección también rinde tributo al glamour de los años setenta que se reinterpreta con facilidad contemporánea: “esa forma de vestir era tan elegante, pero al mismo tiempo tan libre”, señala Davis. La sensualidad despreocupada de vestirse con pañuelo se traduce en minivestidos de satén brillante o pañuelos unidos para crear faldas y camisas que evocan la libertad y la elegancia de esa época. Los vestidos de cady, ceñidos y con escotes pronunciados parecen gloriosamente fluidos, mientras que la silueta entallada se relaja, ofreciendo un look más actual y cómodo. Los pantalones cortos y los pantalones de lana de viscosa presentan cinturillas elásticas, fusionando el lujo con la comodidad.
En un homenaje a esa década, el emblemático bolso Hug aparece en gamuza grabada, imitando la pana, o adornado con tachuelas plateadas. Las botas altas hasta la rodilla y las sandalias de plataforma en napa presentan un atractivo renovado y lujoso. Los tacones con lazo de mariposa adaptan la feminidad clásica a los tiempos modernos, mientras que un elegante zapato de punta se decora con un Gancio galvanizado gráfico.
La colección presenta una reinterpretación del cuero como material flexible y suave. El nuevo bolso perforado con una aguja Gancini, cuya forma depende de la calidad de su material, como napa y ante, mientras que los mocasines y zapatos de tacón de piel de becerro mantecosos incorporan evoluciones orgánicas de la cadena Vara. Los zapatos Derby Derby con cordones diseñados para ser deliberadamente livianos. Además, la pátina Tramezza degradada en chaquetas de cuero, zapatos brogue y mocasines para hombre rinde homenaje a las técnicas clásicas de la casa. La estética utilitaria también se hace presente con las mochilas Hug, que incorporan herrajes Gancio, y una nueva versión de bolso de hombro.
