Para la segunda colección de Maximilian Davis en Ferragamo, el diseñador desarrolla aún más la narrativa de su debut. Mientras que la Primavera/Verano 2023 se inspiraba en el lánguido glamour de una puesta de sol frente a la playa, la Pre-Fall 2023 se centra en Hollywood para explorar una amplia vista panorámica de su paisaje: los picos nevados que descansan tras sus colinas bañadas por el sol; el árido desierto que se extiende más allá de la ciudad.

Mezclando el calor y la sensualidad con un espíritu fresco y angustiado, la colección explora y armoniza los contrastes entre la playa y la ropa de abrigo; entre los tejidos inmaculados y los bordes crudos; entre el glamour histórico y la el glamour y el desenfado cotidiano.

La historia de Hollywood, tan esencial para los cimientos de Ferragamo, desempeña un papel directo en la colección: uno de los primeros esfuerzos cinematográficos de Salvatore, la creación de botas vaqueras para The Covered Wagon en 1923, se convirtió en una influencia formativa.

Las tropas del vestuario del Oeste aparecen como un concepto coherente, desde la introducción del denim, crudo y desgastado o flocado en terciopelo, los detalles en los bolsillos o los bolsos y zapatos con cinturón.

Por otra parte, el glamour de alto octanaje de Hollywood encuentra una sensibilidad moderna a través de siluetas minimalistas expresadas en tejidos extraordinarios: un vestido corpiño de piel de anguila dorada o un dos piezas de seda crema acolchado con plumón. «Quiero crear un nuevo Hollywood para Ferragamo, y se trata de introducir nuevas formas de vestir tanto para la alfombra roja como para el día a día», dice Davis. Se trata de looks que pueden descomponerse en piezas, elevados por las técnicas y los materiales utilizados para crearlos. Las siluetas básicas de sastrería y las prendas esenciales para el día a día se ejecutan con una delicadeza exacta; a mano precisa de los talleres de Ferragamo aparece en el centro de la escena.

Un trasfondo de fetichismo, omnipresente en la obra de Davis, es visible sobre todo en los acabados de alto brillo: el extraordinario lustre de las pieles de charol o los cueros que se limpian con un paño. Pero una sensualidad general prevalece en toda la obra: pañuelos, transparencias de gasa y escotes acuchillados garantizan una sensibilidad orgullosamente seductora; o los destellos fetichistas del rojo Ferragamo se hacen eco de ese espíritu.

Los accesorios añaden toques magnéticamente deseables: el bolso Wanda, en una paleta estacional de rosa chicle y verde neón, junto con nuevos degradados y proporciones; un bolso tote tejido para la playa; una iteración especial del Prisma con asa metálica.

Pero lo más vital para esa energía es una gama de calzado imbuido de magnetismo: los dedos de la bomba dibujados en un punto perverso, su tacón angular colocado al revés; Gancino en nuevas versiones de color, un tributo a la innovación sin fin de Salvatore y a la orgullosa historia de Ferragamo. He aquí un guardarropa moderno y desenfadado, con acentos clave y accesorios diseñados para destacar.