Europa ante el desafío de los residuos: RREUSE reclama objetivos vinculantes de reutilización para impulsar la economía circular

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Europa ante el desafío de los residuos: RREUSE reclama objetivos vinculantes de reutilización para impulsar la economía circular
● La organización alerta del aumento histórico del consumo y de la generación de desechos en la UE.

● RREUSE considera que España tiene objetivos nacionales ambiciosos pero sin infraestructura suficiente para ponerlos en práctica.

● Un nuevo informe revela la falta de metas específicas, el potencial climático y social de la reutilización y las lecciones de los Estados miembros.

11 de diciembre de 2025

Europa ante el desafío de los residuos: RREUSE reclama objetivos vinculantes de reutilización para impulsar la economía circular

Europa afronta un momento decisivo en su camino hacia la economía circular. La red europea RREUSE —la mayor plataforma de empresas sociales activas en reutilización, reparación y reciclaje— ha lanzado un llamamiento urgente para que las instituciones comunitarias adopten objetivos vinculantes, separados y ambiciosos de reutilización y preparación para la reutilización, en un contexto en el que la generación de residuos alcanza niveles récord.

El mensaje se recoge en un informe exhaustivo publicado en noviembre de 2025 que analiza tanto la situación actual como el contexto legislativo en los países de la UE, ofreciendo una radiografía sin precedentes del atraso europeo en esta materia.

Un consumo disparado: más residuos que nunca y un margen de mejora inmenso

Las cifras son contundentes. En 2022, cada residente de la Unión Europea adquirió 32 kg de aparatos eléctricos y electrónicos y 19 kg de textiles, generando casi 5 toneladas de residuos por persona al año. La huella material del continente no deja de crecer, y con ella, los impactos climáticos asociados a la extracción, producción y eliminación de productos.

El informe recuerda que el 70% de las emisiones globales está relacionado con estos procesos industriales, lo que convierte a la reutilización en una herramienta prioritaria para mitigarlas. No se trata solo de un principio teórico: los beneficios son cuantificables. Reutilizar un solo smartphone evita el uso de 14 kg de recursos y 58 kg de CO₂, mientras que un aumento del 10% en las compras de ropa de segunda mano reduciría un 3% las emisiones del sector textil y un 4% su consumo de agua.

A ello se suma el impacto social: las empresas sociales de la red RREUSE crean 70 empleos por cada 1.000 toneladas de bienes destinados a reutilización, frente a los 3 o 4 empleos generados por el reciclaje. Estas oportunidades laborales se dirigen mayoritariamente a personas en riesgo de exclusión, reforzando la dimensión social del modelo circular.

Falta de ambición en Bruselas: metas inexistentes y una legislación todavía orientada al reciclaje

A pesar de este potencial, la legislación europea se mantiene rezagada. El nuevo informe destaca que la Unión Europea carece de objetivos específicos y separados de reutilización, ya que las actuales metas combinan la reutilización con el reciclaje, lo que “pervierte la jerarquía de residuos” al incentivar la trituración y procesamiento en lugar de la reparación y preparación para el mercado de segunda mano.

El estudio señala un vacío claro: la Directiva Marco de Residuos obliga a evaluar la posibilidad de establecer objetivos europeos de reutilización antes de finales de 2024, pero esa evaluación aún no ha desembocado en compromisos concretos. Esta falta de claridad regulatoria, recuerdan desde RREUSE, obstaculiza el impulso de la reutilización y permite que la industria se concentre en modelos menos exigentes como el reciclaje.

De hecho, la combinación de objetivos ha llevado a que muchos sistemas de responsabilidad ampliada del productor (EPR), especialmente en el ámbito de los residuos electrónicos, sigan priorizando el reciclaje frente a la reparación, debido a que este último supone mayores costes de logística, formación y manipulación.

La experiencia de los Estados miembros: avances dispersos y ejemplos que demuestran que es posible

El informe de RREUSE incluye una visión panorámica de las políticas de reutilización en toda la UE, basándose en entrevistas, legislación y datos oficiales. El análisis abarca 24 objetivos existentes en diferentes categorías, desde residuos de aparatos eléctricos y electrónicos (RAEE) hasta muebles, colchones, textiles, juguetes o materiales de construcción.

Entre las conclusiones más llamativas destacan:

Bélgica: un modelo consolidado

  • Flandes cuenta con una de las estrategias más antiguas y efectivas: objetivos históricos desde los 2000, una red sólida de centros de reutilización (Kringwinkels) y financiación ligada al volumen de productos reutilizados.

  • Bruselas y Valonia han establecido metas propias y cuentan con sistemas robustos de apoyo a las empresas sociales, aunque aún insuficientes para cumplir los objetivos más ambiciosos.

  • Aun así, desafíos como la caída en la calidad de los bienes donados (especialmente textiles) ponen en riesgo el crecimiento del sector.

Dinamarca: la fuerza de los centros municipales

  • Ciudades como Aarhus y Copenhague han fijado objetivos para triplicar los volúmenes de productos reutilizados mediante centros municipales de recogida y “áreas de reutilización” accesibles a la ciudadanía.

  • En Copenhague ya se han reutilizado hasta 5.500 toneladas anuales, con previsión de superar las 8.000 toneladas.

Francia: pionera en responsabilidad del productor

  • La loi AGEC introdujo un objetivo del 5% de preparación para la reutilización de residuos domésticos, además de metas específicas dentro de los esquemas de responsabilidad ampliada (RAEE, textiles, muebles, juguetes, deporte y bricolaje).

  • El país exige a los productores financiar un Fondo para la Reutilización, con inversiones multimillonarias hasta 2030.

  • Aun así, los datos muestran que el nivel actual de reutilización es solo del 0,39% al 0,5%, lejos del objetivo.

España: objetivos nacionales ambiciosos pero sin infraestructura suficiente

  • Existe un marco formal: 5% de preparación para la reutilización en 2025, 10% en 2030 y 15% en 2035.

  • Sin embargo, faltan datos, planificación coordinada e infraestructuras de recogida y clasificación que permitan escalar el sector.

  • Cataluña, que recoge datos propios, muestra una preparación para la reutilización del apenas 0,47%.

Portugal: un retroceso inesperado

  • El país introdujo objetivos de preparación para la reutilización en 2020, pero fueron revocados en 2024 sin consulta pública, un retroceso criticado por organizaciones ambientales.

Irlanda y Países Bajos: nuevos marcos emergentes

  • Irlanda aprobó un objetivo de 20 kg por persona en 2030, aunque expertos alertan que la medición actual mezcla canales formales e informales.

  • Los Países Bajos destacan en materia textil con objetivos locales y sectoriales.

Las recomendaciones: diez claves para impulsar la reutilización en Europa

RREUSE resume en diez puntos las acciones imprescindibles para que la UE y los Estados miembros puedan desplegar todo el potencial ambiental, económico y social de la reutilización:

  1. Objetivos vinculantes separados para reutilización y preparación para la reutilización.

  2. Metas específicas por flujo de producto, especialmente en sectores cubiertos por responsabilidad ampliada.

  3. Indicadores claros y medibles, basados en un punto de partida fiable.

  4. Aumentos graduales acompañados de financiación adecuada.

  5. Cobertura solo de actividades formales, evitando distorsiones.

  6. Financiación de la recogida de datos por parte de los sistemas de responsabilidad ampliada.

  7. Armonización de los requisitos de seguimiento.

  8. Priorización de flujos con alto impacto ambiental y potencial de empleo.

  9. Desarrollo de infraestructuras específicas (centros de reutilización, logística, almacenamiento).

  10. Integración de los objetivos en estrategias circulares a largo plazo.

Una oportunidad estratégica para Europa

El informe de RREUSE es contundente: Europa no alcanzará sus metas climáticas ni construirá una economía verdaderamente circular sin dar un salto cualitativo en reutilización. La Unión cuenta ya con ejemplos que demuestran que es posible avanzar con rapidez cuando existen metas claras, financiación estable y actores sociales implicados.

Mientras Bruselas avanza en la elaboración del futuro Circular Economy Act, el sector de la economía social reitera su disposición a participar en el diseño de objetivos sólidos que permitan a la UE reducir su dependencia de recursos, crear empleo local inclusivo y combatir la emergencia ambiental desde la prevención.

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