La introducción de la base jurídica del mercado interior en el PPWD de 1994 tenía la intención de abordar las diferencias entre las diversas normas nacionales sobre la gestión de los envases y los residuos de envases y las consiguientes barreras del mercado interior, al tiempo que se proporciona un alto nivel de protección del medio ambiente, explican fuentes de la patronal europea del sector textil y de la confección,la Confederación Europea de Confección y Textiles (EURATEX) .
Sin embargo, en los últimos años, la cadena de valor del embalaje ha sido testigo de un aumento de los requisitos de embalaje nacionales unilaterales y divergentes (por ejemplo, prohibiciones de envasado, objetivos de reutilización y contenido reciclado, requisitos de etiquetado), advierte Euratex. Estos han dado lugar a barreras del mercado interior, compensaciones ambientales, pérdidas en economías de escala y desvío de inversiones e I+D.
Más recientemente, varios Estados miembros de la UE también han adoptado legislación nacional sobre envases y residuos de envases, previniendo la adopción de legislación sectorial en toda la UE, independientemente del artículo 6 (3) de la Directiva (UE) 2015/1535 sobre Sistemas de Información de Regulación Técnica (TRIS).
Por último, comenta Euratex, varias de las disposiciones incluidas en la propuesta de PPWR ya permiten a los Estados miembros mantener o introducir requisitos nacionales adicionales de sostenibilidad e información. Si esas u otras disposiciones se basaran en una base jurídica ambiental, el potencial de armonización se vería debilitado por un mosaico de legislaciones nacionales de embalaje, en detrimento de los consumidores, la protección del medio ambiente y la competitividad de la industria europea.
Por todo ello, sostiene Euratex, «creemos firmemente que la introducción del artículo 192 del TFUE (protección del medio ambiente) como base legal para algunos o todos los artículos del PPWR exacerbará aún más la situación actual, creará incertidumbre jurídica sobre las responsabilidades residuales de los Estados miembros y afectará negativamente a la libre circulación de mercancías envasadas dentro de la UE y, en consecuencia, a la transición de la UE a una economía circular».
Así, la patronal europea del sector textil y de la confección, con un amplio apoyo de las partes interesadas en toda Europa, tal y como se pone de evidencia en el manifiesto conjunto, «instamos a los colegisladores a preservar en su totalidad la base jurídica del mercado interior, que es la más adecuada para servir a los objetivos ambientales y económicos del Reglamento propuesto».
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