EURATEX lidera una llamada a la Regulación Inteligente en el Sector Textil Europeo

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EURATEX lidera una llamada a la Regulación Inteligente en el Sector Textil Europeo
● La industria textil global advierte sobre el riesgo de sobrerregulación de sustancias químicas en el nuevo reglamento europeo.

● Las organizaciones reivindican un marco normativo gradual, transparente y realista que favorezca la sostenibilidad sin obstaculizar la innovación.

3 de julio de 2025

EURATEX lidera una llamada a la Regulación Inteligente en el Sector Textil Europeo

En el contexto del desarrollo del Acto Delegado (Delegated Act, DA) para Textiles, vinculado al Reglamento de Ecodiseño para Productos Sostenibles (ESPR), los principales actores de la industria textil europea y global han elevado una voz común: la regulación de sustancias químicas debe ser rigurosa pero proporcionada.

La iniciativa, liderada por EURATEX y respaldada por entidades como EUCTL, ETAD, AFIRM, FESI, EBCA, IAF, ETSA y EuroCommerce, responde a la creciente preocupación sobre una posible sobrerregulación que podría comprometer la viabilidad técnica y económica del sector.

Este llamado se produce mientras la Comisión Europea trabaja en definir los requisitos de información sobre sustancias de preocupación (SoCs), basándose en los resultados del estudio preparatorio del Centro Común de Investigación (JRC) sobre textiles en el marco del ESPR. Las SoCs son compuestos químicos que pueden representar un riesgo para la salud humana o el medio ambiente, y cuya trazabilidad resulta fundamental en el marco de una economía circular y responsable.

La Imagen que Resume un Desafío Global

La fotografía que acompaña este artículo —una serie de frascos de vidrio sellados con líquido azul, alineados meticulosamente— transmite un poderoso simbolismo: orden, transparencia y control. Elementos que precisamente reclama el sector textil ante un entorno regulador cada vez más complejo. La imagen evoca entornos de laboratorio y control químico, subrayando la necesidad de enfoques científicos y precisos para gestionar la presencia y rastreo de sustancias químicas en los productos textiles.

Una Propuesta Conjunta para una Regulación Equilibrada

En su declaración conjunta, las organizaciones firmantes han planteado una serie de recomendaciones estratégicas que buscan construir una regulación robusta, pero también viable:

  1. Coherencia normativa con REACH: Proponen una clarificación urgente de la interfaz entre el Reglamento REACH —instrumento clave de la UE para el control de sustancias químicas— y el nuevo ESPR. La duplicación de obligaciones legales podría generar inseguridad jurídica y entorpecer la operatividad de las empresas.

  2. Trazabilidad armonizada y global: Se solicita un sistema de información sobre SoCs que pueda aplicarse de forma uniforme en toda la cadena de valor, incluyendo a proveedores fuera de la UE, sin generar barreras técnicas al comercio ni costes desproporcionados.

  3. Implementación por fases: El desarrollo de los requisitos de información debe realizarse gradualmente, con plazos realistas y mecanismos de adaptación según el tipo de producto, material o proceso de fabricación.

  4. Reconocimiento de tecnologías de descontaminación: Muchas empresas ya aplican tratamientos químicos y mecánicos para neutralizar sustancias peligrosas en la fase de reciclaje. Estas prácticas deben ser tenidas en cuenta para no penalizar soluciones ya sostenibles.

Diálogo Continuo: Clave para el Éxito

La declaración también insiste en la necesidad de mantener un diálogo técnico permanente con el JRC durante toda la fase de preparación del Acto Delegado. Solo así se podrá garantizar que la legislación refleje de forma realista la complejidad y diversidad del ecosistema textil, en lugar de aplicar soluciones genéricas o inadecuadas que comprometan la innovación, la competitividad o la capacidad de cumplimiento.

En este sentido, el equilibrio entre sostenibilidad, seguridad del consumidor y viabilidad empresarial es esencial. Las organizaciones firmantes coinciden en que el objetivo no debe ser una regulación más dura, sino una regulación más inteligente, que permita a la industria avanzar hacia un modelo circular sin imponer cargas insalvables.

La sostenibilidad, afirman, no puede lograrse a costa de la parálisis regulatoria ni del aislamiento competitivo de las empresas europeas.

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