El Reglamento de Eco-diseño propone alargar el ciclo de vida del producto -ligado muy a menudo a conceptos tales como utilidad, adaptación, percepción y durabilidad– pero, también, la reducción de los recursos consumidos en su producción, distribución y conservación -con índices tales como huella de carbono– así como su reintroducción en las cadenas productivas –circularidad– una vez el producto alcanza su consideración de residuo. Este Reglamento tendrá un impacto significativo en los procesos de transformación de las cadenas de valor textiles europeas.
El Observatorio Textil y Moda (OTYM) viene actuando como interlocutor privilegiado con las administraciones públicas para el PERTE de Economía Circular en su línea de textil, con las organizaciones financieras para impulsar las inversiones en la circularidad, sostenibilidad y descarbonización de la Industria y con fondos de inversión en infraestructuras socialmente responsables para facilitar la adaptación progresiva de las cadenas de valor textiles españolas antes las elevadas necesidades financieras que requerirán estos procesos de transformación, explican fuentes del Observatorio.
Reunión entre el Observatorio y el Director de Sostenibilidad de la Asociación Española de la Banca
El consenso general es que, en un entorno de tipos de interés crecientes, con restricciones más que probables al crédito y una mayor utilización de «covenants» en los contratos de, las entidades financieras van a decidir no sólo en base a la rentabilidad de las inversiones planteadas sino también a sus impactos ambientales. Para lo que la Banca viene desarrollando metodologías internas con índices tanto cualitativos como cuantitativos en base a exigencias normativas. En definitiva, será importante que las empresas solicitantes de financiación para sus inversiones atiendan a proyectos creíbles (recursos), consistentes (rentabilidad) y convincentes (sobre objetivos sostenibles) que, a su vez, sean respaldados en lo posible por planes de empresa “orientados hacia su transformación».
Cabe destacar que el reciente encuentro entre el Observatorio y el Director de Sostenibilidad de la Asociación Española de la Banca (en fotografía encuentro entre el vicepresidente del Observatorio, Juan Parés, con el director de sostenibilidad de la Asociación Española de Banca, Juan Carlos Delrieu) sobre financiación público-privada para inversiones sostenibles giró alrededor de la línea ICO Verde -dotada con unos 15.500 millones de euros- incluida en la Adenda al Plan de Recuperación remitida a Bruselas para aprobación que será puesta en el mercado a través de las entidades financieras que se adhieran voluntariamente.
Colaboración con la Asociación para la Gestión de Residuos Textiles (AGRT)
Entre los objetivos del Observatorio, se encuentra también que el ecosistema textil profundice en su circularidad y, por ende, que las tecnologías, procesos y activos que deban ponerse en juego para ello sean óptimos -incluyendo la propia adaptación de la Industria manufacturera a las nuevas fibras recicladas y/o de menor impacto ambiental- y que, de ese modo, España se convierta en un centro de referencia de la Industria textil de cabecera derivada de estos procesos.
Por lo que también es fundamental colaborar con los principales agentes económicos en circularidad incluyendo la recién constituida AGRT, Asociación para la Gestión de Residuos Textiles, impulsada en un inicio por siete grandes compañías de moda, deporte y textil hogar para hacer frente de una forma colectiva para el conjunto del Sector a las obligaciones legales de las Directivas Europeas en materia de la RAP, Responsabilidad Ampliada del Productor, con la que el Observatorio viene compartiendo objetivos, principios y conocimiento sobre las cadenas de valor del Sector.
De acuerdo con la Ley 7/2022 de Residuos y Suelos Contaminados estas obligaciones serán exigibles desde abril de 2025 a la totalidad de los productores del producto entendiendo como tales a cualquier persona física o jurídica que desarrolle, fabrique, procese, trate, llene, venda o importe productos de forma profesional, con independencia de la técnica de venta utilizada en su introducción en el mercado nacional. Y pueden asumirse a través de iniciativas individuales (SIRAP) o colectivas (SCRAP) como la mencionada.
Consenso entre las obligaciones de las empresas y el comportamiento de los consumidores
De acuerdo con su artículo 37 estas obligaciones para las empresas se centrarán resumidamente en:
- a) el diseño de los productos de forma que se reduzca su impacto ambiental,
- b) el establecimiento de sistemas de depósito que garanticen la devolución de las cantidades depositadas y el retorno del producto para su reutilización o del residuo para su tratamiento y
- c) la responsabilización total o parcial de la organización de la gestión de los residuos asumiendo el coste de las actividades.
Pero no podemos olvidar que el comportamiento del consumidor es fundamental para una mayor sostenibilidad (# características producto) y circularidad (# clasificación selectiva) de la Economía. Por lo que, además de las normas, etiquetados y/o prescripción pública obligatorias, las marcas podrían tratar de acompañar estos requisitos con otros atributos paralelos apetecibles para el consumidor en sus propuestas de valor como estrategia comercial.