El sector textil será una de las piezas clave del cambio económico en la Unión Europea de aquí al 2030 gracias al conocido New Green Deal. Las normativas aprobadas en los últimos años, basadas en la sostenibilidad y la mejora de la vida útil de los productos, irán acompañadas de los avances permitidos por las nuevas tecnologías. Desarrollos como el pasaporte digital de las prendas o procesos de producción más ecológicos permitirán reducir más del 10% el consumo anual de energía.
Los cálculos europeos confirman que con el nuevo sistema de producción, distribución y venta del sector textil podrán suponer un ahorro de 150.000 millones de metros cúbicos de gas natural, una cifra equivalente a toda la importación de gas ruso que había por parte de la Unión Europea. Además, ya se ha comprobado que los primeros cambios han supuesto 120.000 millones de euros de ahorro energético de los consumidores y un 10% de descenso del consumo anual de energía.
La propuesta que desde el sector ven más revolucionaria es la del pasaporte digital, que permitirá establecer un rastro de todo producto dando información valiosa al comprador, bien sea un consumidor final o un eslabón más de la cadena de producción. “Funcionará al estilo del blockchain, permitiendo saber los datos de origen y de producción del producto y, muy importante en términos de sostenibilidad, cómo poder alargar su uso gracias, por ejemplo, a datos sobre cómo conservar el producto”, explica Estel Vilaseca, responsable del área de moda de la escuela de diseño y artes visuales LCI Barcelona.
El pasaporte digital está pensado, en un primer momento, para ofrecer mucha más transparencia, además de potenciar el objetivo de hacer de la industria textil un sector de productos duraderos, renovables, ecológicos y fáciles de cuidar. Sin embargo, hay numerosas voces que ven mucho más potencial en esta herramienta que la que se le otorga inicialmente.
“El pasaporte digital te da toda la información que necesitas sobre el origen, los procesos y la huella ecológica de un producto. Pero, además, podría permitir abrir un nuevo mercado donde se promoviese esa segunda vida de prendas ya usadas”, reconoce la experta, que señala que apenas el 1% de ropa se recicla.
Además, Vilaseca subraya que se van a aplicar diferentes normativas para alcanzar el objetivo. Entre otras, la de hacer que las empresas sean responsables de sus productos hasta el final de su vida útil, no solo hasta que concluya el proceso de venta. De esta manera se creará una economía basada en el reciclaje y la reutilización de productos.
Según indica, esto también permitirá que las marcas mejoren sus procesos de producción apostando por materias primas de menor impacto medioambiental y mayor facilidad de reciclaje. De hecho, como apuntan los datos de la UE, el 10% de las emisiones de carbono proceden de la industria textil, que supera así a lo que generan vuelos y transporte marítimo juntos. Solo para hacer una camiseta de necesitan 2.7000 litros de agua, lo que conlleva que el 20% de la contaminación de agua potable proceda del sector.
El pasaporte digital y la potenciación de una economía circular, objetivos básicos para el 2030, cambiarán por completo el sector del textil. “La moda, la forma de diseñar y la manera de comprar también se verán modificadas, en parte por la nueva normativa, y con el objetivo común de que haya una mayor responsabilidad medioambiental”, subraya la profesional de LCI Barcelona.
LCI Barcelona
LCI Barcelona es la Escuela de Diseño y Artes Visuales más internacional de la ciudad, uno de los 23 campus que la red canadiense LCI Education tiene repartidos en los 5 continentes. Su oferta formativa en Moda, Diseño Gráfico, de Interiores, de Producto, Animación, Videojuegos y Fotografía es la más amplia del país, formando un multiverso creativo lleno de sinergias y 100% conectado con el mundo de la empresa. Acompañan a los estudiantes para que lleven sus proyectos a un nivel superior y desarrollen su carrera a su manera, abriéndoles la puerta a un sinfín de oportunidades.