La riqueza de tejidos sobre los que realiza sus estampados tales como crepes, organzas, satenes, terciopelos de seda o pailletes son ya una seña de identidad de la firma.
Complementa su discurso con texturas de seda y lana en colores lisos, y accesorios en piel y bordados de nácar natural y teñido que tomarán cierto protagonismo apostando nuevamente por una propuesta multiestacional.
La paleta cromática utilizada (rojo caldero, turquesa, azul noche, verdes agua y bosque, morado) ayuda a definir los diferentes volúmenes de cada prenda explorando nuevos caminos para llegar a líneas cada vez más depuradas y minimalistas con patrones de aparente sencillez.
La silueta en esta ocasión será predominantemente recta y evasé, en diferentes largos y prendas, jugando con pliegues y formas geométricas en los escotes y resaltando los volúmenes en las mangas.
La puesta en escena de la colección de Marcos Luengo es un trabajo en el que destacan a partes iguales lo luminoso y lo oscuro, donde los límites del arte se diluyen y nos permiten adentrarnos en nuevos territorios creando atmósferas al mismo tiempo emocionantes y distópicas.