El ciudadano promedio de la UE compró 19 kilogramos (kg) de ropa, calzado y textiles para el hogar en 2022, frente a los 17 kg en 2019, lo que es suficiente para llenar una maleta grande por persona cada año, según el informe de la EEA «Circularidad de la cadena de valor textil de la UE en números». La evaluación analiza los últimos datos disponibles sobre la circularidad de la cadena de valor textil de la UE.
El impacto de nuestro sistema actual de producción y consumo de textiles continúa causando altas presiones sobre nuestro medio ambiente y clima, incluso a través del uso de materiales, el uso del agua y la tierra, las emisiones de gases de efecto invernadero, los productos químicos y los microplásticos.
Se necesita un cambio en el sistema textil
La estrategia textil de la UE tiene como objetivo reducir estos impactos y hacer que los textiles sean más circulares y sostenibles por diseño. Para su éxito, se necesita un cambio sistémico en el sistema textil, pasando a la producción de bienes más circulares y de mayor calidad que tengan un valor de uso más largo y que puedan reutilizarse, repararse o reciclarse más fácilmente. El nuevo módulo sobre textiles del Laboratorio de Métricas de Circularidad del EEE está monitoreando este progreso.

Moda rápida y compras online
La combinación del aumento de las compras en línea, los influencers de las redes sociales y los costos de producción baratos de textiles sintéticos ha sido fundamental en el crecimiento de la moda rápida. Esto ha permitido a los minoristas ofrecer a los consumidores nuevos estilos a precios bajos.
El informe del EEA señala que las tecnologías digitales como la impresión 3D pueden reducir los residuos en la producción y se pueden utilizar para reducir las presiones ambientales y climáticas de los textiles mejorando la eficiencia. Sin embargo, también corren el riesgo de aumentar el consumo al permitir costos de producción más bajos y precios más bajos.
Impacto en el medio ambiente y el clima
Las presiones ambientales y climáticas de la producción y el consumo de textiles de la UE siguen siendo altas. De las 12 categorías de consumo de los hogares europeos, como los alimentos, la movilidad, la vivienda, la salud y la educación, el consumo textil se ubicó, en promedio, en el quinto más grande en términos de presiones ambientales y climáticas. La EEA midió estos impactos a través de las métricas del uso de materias primas, las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) y el uso del agua y la tierra.
La producción y el consumo textiles también contribuyen a otras presiones ambientales, incluida la contaminación del aire, el uso y la contaminación química, la contaminación por microplásticos de la producción, el uso y el lavado de textiles, así como las presiones de la manipulación de textiles que terminan como residuos.
Residuos textiles y exportaciones
En 2022, los Estados miembros de la UE generaron alrededor de 6,94 millones de toneladas de residuos textiles, lo que equivale a 16 kg por persona. La cantidad total de generación de residuos textiles se ha mantenido relativamente estable desde 2016.
La recogida media de residuos textiles en la UE, un indicador de la eficacia de los sistemas de recogida separados, ha ido aumentando lentamente, aumentando en 4,3 puntos porcentuales desde 2016, pero en general, la recogida de estos residuos ha sido baja. En 2022, el 85 % de todos los residuos textiles de los hogares no se recogieron por separado y, en cambio, terminaron como residuos domésticos mixtos que terminaron en vertederos o incineración, de los que no se pueden reutilizar ni reciclar.
Se espera que la aplicación de la legislación de la UE sobre la recogida separada de residuos textiles, a partir de 2025, aumente significativamente las tasas de captura de textiles de los hogares.
La cantidad y la proporción de residuos textiles enviados a vertederos en Europa ha disminuido, del 21 % en 2010 al 12 % en 2022. La cantidad enviada para la incineración (con y sin recuperación de energía) en Europa ha aumentado del 10 % en 2010 al 14 % en 2022.
Desde el año 2000, la exportación de textiles usados casi se ha triplicado, de poco más de 550.000 toneladas en 2000 a 1,4 millones de toneladas en 2019. Desde entonces, el volumen se ha mantenido relativamente constante, con 1,4 millones de toneladas exportadas en 2023.
Mientras que las exportaciones de textiles usados de la UE están destinadas a la reutilización o el reciclaje, los estudios muestran que las exportaciones textiles de la UE entran en un patrón muy complejo de comercio, clasificación, reutilización, reciclaje y relleno, y algunos se están quemando o arrojando en la naturaleza principalmente en países africanos y asiáticos.