La instalación de un programa permite la ejecución de esos cálculos cuando el ordenador se encuentra inactivo, tratando de profundizar en la estructura de la proteína del SARS-CoV-2, cuya forma multiplicada conlleva a la infección de las células. Esta línea de investigación está aportando al CTCR las primeras evidencias para el bloqueo de la proteína y, en consecuencia, la propagación de la enfermedad en el ser humano.
"La respuesta hasta ahora está siendo muy positiva, aún con escasos días desde la puesta en marcha de este proyecto, es una pequeña contribución para que se puedan desarrollar fármacos más rápidamente”, confirma el Director-Gerente del CTCR. "Queda mucho por hacer, somos conscientes de ello, pues son múltiples y diversas las formas que puede adoptar la proteína, a medida que sus moléculas rebotan y se desplazan. Seguiremos aportando nuestros recursos y experiencia biotecnológica en favor de la medicina".
En definitiva, la contribución del CTCR es un pequeño gesto, motivado por el confinamiento y teletrabajo de sus investigadores, al servicio de los avances contra el COVID-19.
Hermanados con la comunidad “Makers La Rioja”
Asimismo, el CTCR también está demostrando su expertise en fabricación aditiva, utilizando sus impresoras 3D, desde casa, para el desarrollo de pantallas protectoras, y concretamente, se esmeran en la realización de viseras elaboradas con plástico PLA o ABS, para su sujeción a una lámina transparente, hecha de acetato y que cubre todo el rostro.