El Congreso, una iniciativa de la Confederación Europea del Calzado (CEC) lanzada hace veinte años, fue la ocasión para reunir a representantes públicos y privados de la industria del calzado en todo el mundo para identificar soluciones con el objetivo de remodelar el futuro del sector del calzado.
En la apertura, el presidente de la CEC, Luis Onofre, subrayó la resistencia de la industria del calzado a pesar de las diferentes crisis sanitarias, económicas y geopolíticas de los últimos años: «Mi abuela, que fue testigo de la financiación de nuestro negocio familiar en 1939, solía decir que la industria del calzado nunca ha tenido un momento de paz. Solo uniendo esfuerzos y trabajando juntos podemos responder a los desafíos y aprovechar las oportunidades que el mundo nos está trayendo y garantizar una transición verde, digital y justa de nuestra industria». Su llamado a la colaboración internacional se hizo eco en cada panel del Congreso.
El sector del calzado debe trabajar en una nueva forma de entender que un zapato no solo tiene más de 8000 años de historia, sino que también representa nuestro principal medio de transporte, lo que hace hincapié en la complejidad del producto en todos los aspectos. Con esta misión en mente, los representantes de las principales empresas de calzado y otros expertos presentaron sus experiencias en tres áreas principales.
Las personas como consumidores y usuarios
En primer lugar, la audiencia podría aprender más sobre la adaptación de las estrategias comerciales a las demandas actuales, lideradas por un consumidor más consciente, y la adopción de nuevas tecnologías, métodos y herramientas. La digitalización es la clave del éxito, lo que permite, por ejemplo, el análisis de macrodatos para la identificación del consumidor objetivo, el desarrollo de productos y servicios personalizados, la mejora de los servicios al cliente en el comercio electrónico y la optimización del proceso de producción.
Las personas, como habitantes de un planeta que hay que cuidar
Entonces, en línea con nuestra realidad, la sostenibilidad jugó un papel importante en el Congreso. Todo el mundo es consciente de que no hay un Plan(eta) B y, como habitante del mismo planeta, debemos encontrar soluciones atenuantes conjuntas. Sin embargo, cuando todo se clasifica como sostenible sin una metodología, el uso del término sostenibilidad se está volviendo «insostenible». La industria tiene el deber de definir una definición conjunta de sostenibilidad que vaya más allá de la dimensión ambiental y de comunicarla a los consumidores, los verdaderos facilitadores del cambio.
Las personas como trabajadores de un sector y una industria con futuro
Finalmente, la última parte del Congreso se centró en el futuro de la fuerza laboral, el principal activo de la industria, en un sector en medio del cambio generacional. Las empresas demostraron su nuevo enfoque para involucrar y retener positivamente a las generaciones jóvenes con una estrategia más flexible e impulsada por la comunidad. Se hizo hincapié en que las solicitudes de apoyo de las autoridades nacionales eran esenciales para lograr este objetivo.
Una industria del calzado mejorada es posible a través de una sinergia entre la innovación y la sostenibilidad gracias a la contribución fundamental de la digitalización, pero sin descuidar el papel crucial del capital humano en la próxima industria 5.0. En otras palabras, el sector del calzado debe proyectarse hacia un enfoque centrado en el ser humano, y solo la cooperación entre todos los actores de la comunidad del calzado en todo el mundo permitirá su desarrollo previsto.
Los participantes compartieron su plena satisfacción con las discusiones y los resultados de esta edición del Congreso Mundial del Calzado. Al aceptar las palabras del presidente Onofre, la CEC se compromete a mantener su papel como facilitador de un futuro sostenible del sector.